La modificación de los recortes en la rendición de cuentas y la pequeña modificación en las pautas salariales, no modifican el ajuste en curso que viene desarrollando el gobierno contra los trabajadores, y que no es más que la primera dosis.
A diferencia de lo que pregonan los sectores más a la izquierda del FA (PVP, PCU, IR) y la burocracia sindical, la realidad muestra que continúan los recortes a la educación, a la salud pública, el achique de la plantilla de funcionarios Estatales, el aumento de los impuestos a los salarios (IRPF) y las exoneraciones al gran capital, los aumentos salariales irrisorios que no cubren el aumento del costo de vida. De conjunto se trata de una orientación al servicio del capital financiero y del FMI, para garantizar sus negociados y el pago riguroso de la deuda externa. Esta orientación es la que han votado los diputados ‘rebeldes’, dejando de manifiesto su completa subordinación a intereses ajenos al de los trabajadores.
La dirección oficialista del PIT-CNT intenta por todos los medios evitar la movilización obrera frente al ajuste, los envíos al seguro de paro y los despidos. Intentan mostrar avances en los maquillajes que el gobierno realiza al ajuste. Se trata de una política de conciliación de clases que pretende desarmar a la clase obrera frente a la crisis y a la orientación que el gobierno viene desarrollando en pos de descargarla sobre los trabajadores. Por eso han resuelto un paro parcial en la primera quincena de setiembre orientando su lucha contra las patronales, no contra la rendición de cuentas y las pautas salariales que diseñó el gobierno. Contradictoriamente, y a iniciativa de una veintena de gremios se resolvió bajar a los sindicatos la propuesta de un nuevo paro general para la segunda quincena de setiembre. En este sentido es preciso avanzar en un plan de acción para derrotar el ajuste, pero con un verdadero programa anticapitalista, los planteos ‘contraciclicos’ y keynesianos que se manifiestan en el programa de la central sindical que plantean algunas ‘reformas’ son otro modo de adaptación al sistema social vigente que se encuentra en decadencia. Se trata de levantar un programa que ataque a fondo la ganancia capitalista y su régimen social; vamos por un salario mínimo igual a la canasta familiar, contra los despidos y envíos al seguro de paro, por el control obrero de toda fábrica que cierre despida, por el no pago de la deuda externa, y para que la crisis la paguen los capitalistas.
Es necesario sacar todas las conclusiones políticas de la crisis en curso, y debatir en un gran congreso del movimiento obrero un programa anticapitalista de reorganización económica y política de salida para los explotados. Esto implica poner sobre la mesa la necesidad de construir una alternativa obrera y socialista.
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