Signalgate: un comité de guerra por chat contra Irán

La utilización de una aplicación de mensajería comercial por parte de los miembros del gabinete trumpista, para intercambiar sobre secretos militares, y su filtración en la prensa, ha abierto una crisis política en Estados Unidos.

El medio The Atlantic informó que su editor en jefe, Jeffrey Goldberg, había sido incluido en un chat del gobierno en Signal, que no es un mecanismo oficial de comunicación, y que en dicho intercambio se habían expuestos secretos y planes militares referentes al ataque de EE.UU. contra los hutíes de Yemen. Posteriormente, ante diversos desmentidos oficiales sobre el carácter reservado de los datos manejados, Goldberg hizo públicos los mensajes del chat, con datos de armamento y horario de bombardeos. En la conversación participaron el vicepresidente, J.D. Vance, el secretario de Defensa, Peter Hegseth, el consejero de seguridad nacional, Michael Waltz, el secretario de Estado, Marco Rubio, el emisario de Trump para negociaciones en Medio Oriente y Ucrania, Steve Witkoff, y el director de la CIA, John Ratcliffe, entre otros.

El chat de los jerarcas trumpistas pone de relieve que no había ninguna agresión a los Estados Unidos ni amenaza inminente. En nombre de la defensa la “libertad” del tráfico marítimo en el Mar Rojo, el propósito del ataque era el apoyo a la limpieza étnica del régimen sionista. Los hutíes impedían con sus ataques la circulación de barcos israelíes, como respuesta a la violación del cese al fuego por parte de Netanyahu y en tanto se mantuviera el bloqueo al ingreso de alimentos y medicamentos a Gaza. Trump y Pete Hegseth ordenaron los ataques contra una fuerza política a la que califican de una sucursal de Irán, por eso han sido interpretados como parte de una guerra contra el régimen persa, que Trump y Netanyahu han reclamado en forma reiterada. No se puede descartar que el jefe de la publicación The Atlantic haya sido utilizado como un apremio militar contra Irán. Algo parecido habían hecho Trump y Vance en ocasión de la reunión con Zelensky en la Casa Blanca, donde el maltrato al ucraniano quedó ampliamente difundido

En la conversación quedó expuesto un debate acerca de la oportunidad de este ataque. El vice Vance planteó que sería conveniente demorar un mes los ataques para generar mayor ambiente en la población. Joe Kent, quien es propuesto por Trump para dirigir el Centro de Contra-terrorismo, escribió en el mismo sentido: “no hay nada urgente que nos apure, tendremos las mismas opciones en un mes”. Hegseth descartó esperar, afirmando que nada cambiaría en un mes. “Esto no se trata de los hutíes”, afirmó, sino “restaurar la libertad de navegación” y “restablecer la disuasión”. Toda la conversación, más allá de los detalles sobre armamento y lanzamiento de ataques, pone de relieve la completa liviandad con la se deciden bombardeos masivos que asesinan a decenas de civiles y al personal civil del gobierno yemení (lo cual está prohibido por convenciones internacionales).

La oposición demócrata norteamericana ha denunciado la “brecha de seguridad” que significa la comunicación por mensajerías públicas o comerciales, más la incorporación de periodistas. Tampoco el propósito de extender la guerra en Medio Oriente a Irán.

Algunos trumpistas sostienen no se dio difusión a ningún “plan de guerra” … y que una guerra debe ser aprobada por el Congreso. Trump, que gobierna por decreto, milita en el campo de quienes sostienen que el Ejecutivo tiene facultades para iniciar la guerra, y ofrecerla al Congreso como un hecho consumado. Trump ha declarado a la inmigración una invasión enemiga contra territorio norteamericano, y enviado al ejército a la frontera, sin molestarse en consultar al Congreso.

Otro aspecto de los chats, es el desprecio de los integrantes del gobierno trumpista a sus “aliados”. Se ve en los discursos de Vance, el episodio de destrato a Zelensky en la Casa Blanca, y los contínuos ataques del propio Trump a la Unión Europea. Los intercambios particularmente entre Pete Hegseth, JD Vance y el subjefe del gabinete Stephen Miller, plantean el “odio” que les produce “volver a rescatar a Europa”. Vance es quien protesta en mayor medida, dando a entender que deberían ser los imperialistas europeos los que paguen esta operación, ya que la mayoría del tráfico marítimo afectado por los hutíes los afecta a ellos. Michael Waltz plantea que están recopilando los gastos asociados a ese ataque para “imponérselos a los europeos” (Como cuando Bullrich pretende que piqueteros y jubilados costeen la movilización de que son víctimas. El fascista Stephen Miller (no es una exageración, es conocido por ser defensor del supremacismo blanco) también apunta que EE.UU. debe “dejar claro pronto a Egipto y a Europa lo que esperamos a cambio”; “Si Europa no nos remunera, ¿entonces qué? Si EE.UU. consigue restablecer la libertad de navegación a un alto coste, tiene que obtener algún beneficio económico a cambio”. El propósito de Trump de apropiarse de Gaza para convertirla en un “resort”, no figura en esa factura.

Trump ha minimizado la importancia de esta crisis, afirmando que los ataques a Yemen fueron “increíblemente exitosos” y que la filtración de esa información no tuvo efectos. Afirmó que la prensa y los demócratas realizan una “caza de brujas” a propósito de este escándalo, y reiteró su apoyo público a Waltz, el que asumió la responsabilidad de haber creado el grupo de chat y de haber agregado al periodista de The Atlantic, y en particular al secretario de Defensa Hegseth. “Es poco probable que Trump despida a su asesor de seguridad nacional (…), según dos funcionarios cercanos al presidente” (The Guardian, 27/3).

Los Demócratas viven su propia crisis

La crisis instalada se produce entre dos variantes políticas de la guerra imperialista. Los demócratas acusan a Trump de dar la espalda a Ucrania y de pactar con Putin, y reclaman continuar con la guerra de la OTAN contra Rusia. No plantean ninguna objeción frente a la escalada en Medio Oriente, ni a la persecución contra los estudiantes que se movilizan contra el genocidio israelí, incluso cuando esto es abiertamente expuesto ante sus narices, como sucedió en la cámara de representantes donde el director del FMI Kash Patel confirmó que dicha agencia de inteligencia estaba espiando y haciendo un seguimiento de las personas que participan de protestas en defensa de Palestina en los campus universitarios.

La complacencia con Trump, y el voto al presupuesto que facilita los recortes y despidos encabezados por Elon Musk, está generando un amplio repudio y potencialmente una crisis en el P.D., que se expresó deformadamente incluso a nivel parlamentario, cuando buena parte de los integrantes de la cámara de representantes cuestionó la actuación de la minoría del PD en el Senado, y en particular a su líder Chuck Schumer. “Hay un profundo sentimiento de indignación y traición”, afirmó la representante de Nueva York, Alexandra Ocasio-Cortez (CNN, 13/3). La “izquierda” demócrata se alinea también con la guerra de la OTAN y con la defensa de Israel frente a Hamas, discrepando en aspectos parciales, pero acordando con la orientación estratégica. Su impotencia y seguidismo a los Hillary Clinton, Joe Biden y Kamala Harris ha sido una constante.

El senador Bernie Sanders, quien realiza una gira de denuncia del “autoritarismo” de Trump y del dominio de la “oligarquía” -junto a la congresista Alexandra Ocasio-Cortez- también se coloca en la defensa de la guerra de la OTAN. El 3 de marzo tuiteó: “Los estadounidenses se sienten avergonzados de tener un presidente que dice que Ucrania inició la guerra con Rusia. Debemos defender nuestra tradición de 250 años de ser el líder democrático del mundo y no darle la espalda a un país en dificultades que está tratando de salvar a su gente”. La defensa de la “tradición” del imperialismo yanqui y de la guerra de la OTAN no podía ser más clara.

La elevada concurrencia de miles de personas a los actos “antioligárquicos” de Sanders es otra expresión más del malestar no sólo con el régimen trumpista sino también con la “oposición”. Consultado sobre la política del PD, Sanders declaró: “El Partido Demócrata está fuertemente dominado por la clase multimillonaria, dirigido por consultores que están totalmente desconectados de la realidad. El Partido Demócrata prácticamente no tiene apoyo popular”. A continuación, busca canalizar la bronca hacia la interna de ese mismo partido: “Intentamos, de una forma u otra, crear un partido dentro del partido, para reunir a millones de jóvenes, trabajadores y personas de color, para exigir que el Partido Demócrata empiece a apoyar a la clase trabajadora de este país y se enfrente a los poderosos intereses corporativos que nunca lo han tenido tan bien” (CNN, 19/3). Respecto a la cuestión palestina, si bien han denunciado los actos genocidas de Netanyahu, tanto Sanders como Ocasio-Cortez han reivindicado “el derecho a la defensa de Israel” frente a Hamas. Sanders declaró en noviembre de 2023: “No sé cómo se puede lograr un alto el fuego, un alto el fuego permanente, con una organización como Hamás, dedicada a la agitación y el caos, y a destruir el Estado de Israel” (CNN). Ocasio-Cortez incluso ha participado de actividades en favor de declarar antisemitas a quienes cuestionan la existencia del Estado sionista.

+ posts
Share:

Author: Rafael Fernández

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *