El Partido Obrero está atravesando su crisis más profunda en más de cincuenta años de existencia.
A la expulsión de su fundador, Jorge Altamira, y uno de sus principales dirigentes y voceros, Marcelo Ramal, se le suma la de un millar de militantes. Esta no ha parado de profundizarse.
El punto de inflexión podemos establecerlo en la declaración del Comité Central del 29 de junio “Altamira y su grupo rompen con el Partido Obrero”. Desde ese momento el Partido de los Trabajadores ha hecho publica dos cartas dirigidas al Comité Nacional de PO y a la CRCI (2 de julio y 20 de julio, respectivamente). La primera de ellas apenas superaba los cinco mil espacios, como se ve la prudencia ha sido la marca distintiva de nuestro partido ante controversias numerosísimas y capítulos que se suceden casi a diario.
La carta enviada por nuestro partido al conjunto de la CRCI el 20 de julio fue respondida el 6 de agosto por Pablo Heller en Prensa Obrera (ver aquí). La carta del PT puede encontrase en una sección escondida (“Opinión”), y la respuesta no es de un organismo sino de un individuo. Los más de 20 mil espacios que dedica PH a su respuesta no alcanzaron para que mencionara una sola vez el hecho ineludible de que hay un millar (presumiblemente más en estas horas) de militantes que han sido eyectados del PO. En cambio, PH nos da lecciones de centralismo democrático y hace una distinción; nos dice que a veces importa el centralismo y otras la democracia; y encuentra una cita de Trotsky para apuntalar sus extravagancias. Es que la dirección de PO tendría un matraz para medir cuál es la proporción de democracia permitida en cada momento. Luego de criticar que el PT hace un uso “sesgado” de Trotsky y hasta de Lenin, que nunca citamos en nuestro texto.
Pablo va más allá, “Lenin es implacable contra la “mentalidad anarquista e individualista”. Los obreros, afirma, no tienen miedo de la disciplina de la organización.” En otras palabras, la Tendencia del PO sería anarquista: “La orientación política que, luego del debate democrático, es aprobada por mayoría debe ser activa, lealmente apoyada y llevada adelante, empeñándose en ella, hasta por aquellos que no tenían acuerdo con ella. Agotado el debate, se entra en acción y el debate queda desplazado en el orden de prioridades.” Se nos dice que el PT corre el arco e introduce una falsa polémica, porque (textual): “Está fuera de discusión el derecho de cualquier militante o grupo de militantes a constituir una tendencia o fracción.” La desfachatez es total, pero no es toda la desfachatez todavía, “Más aún, han subido la apuesta y han empezado a sacar materiales o avisos como fracción pública de la UJS, del Polo, de las agrupaciones sindicales, dividiendo también faccionalmente estas organizaciones de masas que impulsa el PO.” Lo que el autor no dice es que en el medio expulsaron a más de 900 militantes por firmar un documento donde se ponía negro sobre blanco una serie de divergencias políticas fundamentales. La escisión fue provocada, la actual dirección alentó este desenlace sustituyendo el debate y los argumentos por los chismes y las calumnias, lo único sorprendente es que la tendencia demorara tanto en presentarse en sociedad, en todo caso es una acción elemental de reagrupamiento y defensa de un amplio sector que está siendo purgado.
La respuesta de PH va en la misma línea de una idea monolítica de partido. Todo lo que sea una crítica a la opinión pública oficial se transforma en un desafío al aparato. El aparato puede en cambio criticar, hacer y deshacer, sin que nadie se escandalice. No hay ningún exabrupto, es una concepción completa. Confirma lo que sospechábamos y pusimos por escrito en nuestra primera carta “La idea de que una fracción elabora únicamente textos para un Boletín Interno y que luego de perder una votación se calla, es ajena a la democracia obrera”, decíamos.
El PT evitó cuidadosamente ingresar al debate desviando la polémica de su aspecto político. Nuestra incursión se planteó desde un comienzo como una serie de preocupaciones, pero no rehuimos al problema de los problemas: rechazar las expulsiones que se anunciaban de forma vergonzante como militantes que se habían puesto “por fuera” de la organización al dar su apoyo a un documento donde establecían sus diferencias y el repudio al espionaje contra Marcelo Ramal.
“El texto del PT replica a un texto presentado por el DIP semanas atrás referidas a la crisis del PO “en tanto podría interpretarse como una limitación del derecho de fracciones de un partido revolucionario”. Ese derecho, sin embargo, no es ilimitado (dice Heller) Debe ser fundado y avalado por un documento que lo justifique, y luego evaluado por el comité nacional.” (negritas nuestras).
Es decir, el organismo que los expulsa y del que fue excluido deliberadamente cualquier exponente de las posiciones de lo que luego sería la tendencia, es -según Heller- el que debe “evaluar” la pertinencia o no de un fracción o tendencia. El maquiavelismo faccional del firmante no conoce límites. A renglón seguido menciona un hecho interno de nuestro partido respecto al pedido de fracción de un grupo de compañeros que el CC rechazó. Envenenado, saca cartas de su manga y se guarda otras haciendo referencia a una situación que la enorme mayoría de la militancia del PO y la CRCI desconoce, con el único fin de seguir confundiendo y saltando de un lado a otro, pero todo tiene su preció. Heller se pega un tiro en el pie, por que en el PT no se expulsó a nadie por conformar una fracción, por el contrario, se abrió un debate y una constatación fue que muchas veces existían matices más fuertes al seno de una “fracción” que los que se expresaban en las discusiones entre “fracciones” y se concluyó que era perfectamente posible procesar las divergencias existentes sin necesidad de recurrir a la cristalización de bloques mas o menos estables. Otra diferencia sustancial y que Heller conoce, pero calla, es que en Uruguay venimos de un proceso de unificación entre dos organizaciones, unificación que ha tenido avances y retrocesos, y del que haremos el balance oportuno. No hace falta decir que tenemos problemas de distinta naturaleza y envergadura, como la que PH señala respecto a la regularidad de nuestra prensa impresa, pero que sólo menciona para dislocar totalmente la discusión en un nuevo eje.
Toda esta campaña ignominiosa perfectamente orquestada tiene como fin obstaculizar un debate serio de las divergencias existentes, corto de miras Heller nos dice que “El documento del PT (U) repite como un loro lo que dice Altamira, pero no se toma el trabajo de constarlo. Es falso que consideremos que las elecciones han cerrado la crisis en la Argentina y que se ha impuesto un relevo ordenado. Asistimos a un gran escenario de convulsión política y económica, pero no alcanza con señalar la crisis por arriba, sino que es fundamental para un partido revolucionario tener en cuenta el estado en que se encuentra las masas. No se nos puede escapar el dominio de la burguesía del escenario electoral y político, tomado de conjunto” (negritas nuestras)
Algunos acontecimientos en las últimas semanas en la vecina orilla terminaron de destrozar la doctrina oficial. La editorial del 22/8 de Prensa Obrera afirma que “Macri es un cadáver político”, dejando a sus seguidores pedaleando en el aire. Heller nos dice en su respuesta de principios del mes pasado que los compañeros de la tendencia “Tuvieron que rendirse ante la evidencia de que el “Fuera Macri” era insostenible, que nos confinaba objetivamente al campo del Pejota-kirchnerismo.” Pablo no sospechaba hasta qué punto se le podría volver en contra estas líneas tan pedantes. Mientras la editorial citada más arriba nos informa de una rebelión en la provincia de Chubut y el esfuerzo de Fernández y Massa que “han elegido refugiarse en la postura de que Macri sigue a cargo de sacar a flote el desastre”, es decir que FUERA MACRI es funcional a PJ-Kirchenerismo, y al mismo tiempo Fernandez y Massa hacen todo lo posible por que el presidente llegue a Octubre (?). Hoy en día hay demasiadas personas aparentemente inteligentes elaborando teorías estúpidas.
El firmante de la editorial tiene el “Fuera Macri” en la punta de la lengua, pero la campaña faccional emprendida por la actual dirección le impide verbalizarla.
Los pecados del PT se van amontonando en la respuesta de PH, el mas llamativo por caso es el que nos reclama
“La carta del CC del PT no intenta mediar, (¿?) ni trabajar por reunificar al PO. Su texto es una defensa incondicional, apresurada y forzada de la llamada “Fracción Pública”, una farsa. Después de poner a toda la CRCI ante el hecho consumado de la expulsión de mil militantes de todos los niveles de la organización se nos reprocha que tomamos partido, POR SUPUESTO, estamos contra las expulsiones cuando estas son la respuesta a divergencias políticas, mas en contra si dichas expulsiones cobran estas dimensiones, ni a los simpatizantes más alejados geográficamente les puede caber en la cabeza que sea aceptable como salida para resolver nada purgar un contingente tal de trotskistas, como si estos se encontraran levantando una piedra o en los árboles.
Con todo, el capítulo más villano de esta saga es el que se les dedica a los compañeros Altamira y Ramal:
“Rechazamos, y es necesario que el PT (U) rechace también, todo accionar clandestino, combinando el hostigamiento calumnioso y provocador en las redes, incluido elementos descompuestos y algunos de ellos separados por cuestiones de abuso de género. Rechazamos el apañamiento de Altamira y Ramal de estos elementos y el aliento de este accionar faccional fuera de los organismos y canales partidarios”
La bajeza moral ha llegado a extremos sin precedentes, a uno se le nubla la vista de indignación al leer estas inmundicias a las que Heller se entrega sin posibilidad de retorno. Quieren hacer tragar a toda la CRCI que mil militantes siguen a un dúo que apaña abusadores de compañeras, la maniobra es burda, risible para un niño, pero no por ello menos dañina, porque la porquería de Heller es luego reproducida por las redes sociales de forma bestial por numerosísimos militantes que entienden, alentados por este “relato”, que la forma de defender al PO es amplificando esta supuesta labor desquiciadora de JA y MR.
El único accionar clandestino probado hasta el día de hoy es el espionaje contra Marcelo Ramal. El hecho ya fue reclamado por el PT en la carta a los partidos de la CRCI, Heller no considera importante (o no puede) dar una respuesta ante un hecho de tal gravedad que institucionaliza un clima de soplonería interna. La dirección del PO a través de la pluma de PH pone obstáculos a una verdadera clarificación política de la militancia y los partidos de nuestra corriente y sustituye la discusión política por la policiaca, por eso no tiene una caracterización de la crisis que golpea a la sección más importante de nuestra corriente.
El PT no va a contribuir a aislar internacionalmente a un millar de militantes, por eso el reclamo de reconocimiento de la tendencia por parte de la CRCI y el reclamo de investigación de espionaje contra Marcelo Ramal son dos cuestiones de principios que no se pueden sustituir con juegos de palabras o pases de mano dialecticos.
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