El antecedente inmediato de la movilización ruralista del 23 de enero, fue la llamada “Concertación para el Crecimiento” en el año 2002. Encabezaban la Federación Rural de aquel entonces Gonzalo Gaggero, Luis Fratti y Manini Ríos (ex JUP). El Frente Amplio y la dirigencia del PIT-CNT apoyaron el movimiento, que realizó una gran manifestación con caballadas, en el Obelisco montevideano.
El eje de las reivindicaciones ruralistas era muy similar a las actuales: “rentabilidad o muerte” fue su lema más resonante. El endeudamiento de los propietarios de tierras (grandes, medianos y pequeños) fue uno de los elementos que motorizó la protesta. En 2003 la devaluación del peso y una relativa reactivación del mercado mundial abrían una nueva etapa, pero el peso de las deudas amenazaba con la desaparición de amplios sectores. La mayoría de estas deudas eran con el banco estatal (BROU). Bastaba ejecutar las hipotecas para estatizar gran parte de las tierras.
El movimiento de 2002 marcó el viraje de las patronales ruralistas, o al menos de parte de ellas, hacia un acuerdo con el Frente Amplio. Gaggero -presidente de la Federación rural- se integró al grupo de Nin Novoa (otro terrateniente endeudado, al cual se le perdonaron deudas con el BROU), Fratti -vicepresidente de la FRU- al MPP. Mujica fue uno de los que lideró esta alianza, no en vano ocupó el Ministerio de Ganadería y Agricultura en 2005.
Hoy, cuando el PCU se acuerda de la existencia de terratenientes y grandes capitales agrícolas, y de la renta de la tierra, también es bueno recordar la presencia de Juan Castillo en aquella movilización ruralista. Hacían en 2002 lo mismo que hoy cuestionan a la Unidad Popular.
La movilización del ruralismo hace quince años marcaba el fin del régimen burgués “tradicional” (blanqui-colorado). La vieja oligarquía terrateniente, junto a las mega plantaciones de eucaliptus de los Botnia-UPM y Montes de Plata, y luego el capital sojero, encontraba en el Frente Amplio un mejor vehículo para sus intereses.
Hoy el ruralismo quiere tirar al Frente Amplio como un limón exprimido, al que no le queda jugo. Necesitan un ataque en regla contra el movimiento obrero. Reforma laboral, devaluación, rebaja del salario. El gran capital busca un Macri o un Temer. En el Frente Amplio, Astori intenta capitanear el giro a la derecha, al estilo de Lenin Moreno en Ecuador. Fuera del FA, en la derecha, aún reina la confusión, y el fraccionamiento. El ruralismo ha dado la voz de ‘ahura’.
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