Rafael Fernández
En las elecciones nacionales, la cúpula del Frente Amplio logró reducir la pérdida de votos por izquierda, a través de un chantaje a la ciudadanía de izquierda. Colocó la amenaza del «retorno de la derecha» para aquellos que rechazaban votar a Vázquez, pese a lo cual hubo un importante crecimiento del voto en blanco y anulado, así como del voto a otras opciones a la izquierda del FA (UP, PT, y en parte el voto al PERI, reflejan esto). Las elecciones mostraron que el cuco de la derecha no era real: blancos y colorados tuvieron un retroceso, no capitalizaron el descontento de la izquierda.
En las elecciones municipales, más allá de las particularidades de cada departamento, la cosa no cambia. La derecha incluso profundiza su retroceso. Esto se puede ver en el experimento de la «Concertación» montevideana, que se está hundiendo día a día.
Los candidatos colocados por ambos partidos son personas sin la menor popularidad, sino totalmente desconocidos para una gran parte de la población. Las internas blanca y colorada dejaron por el camino a Gandini y Ney Castillo, respectivamente, que se venían preparando hace años para ser candidatos. Los Garcé, Racchetti y Novick no general el más mínimo entusiasmo.
Las encuestas establecen que el acuerdo blanqui-colorado para Montevideo no alcanza ni el 30%, mientras el Frente Amplio estaría recibiendo entre 53% y 55%. Los dirigentes de la «Concertación» ven con preocupación que una buena parte de su potencial electorado está tentado a intervenir en la disputa –dentro del FA– entre Topolansky y Martínez. Incluso algunos dirigentes medios de colorados y blancos ya han anunciado que apoyarán a uno u otro candidato frenteamplista para Montevideo.
Gandini, el principal impulsor de la alianza de derecha como supuesta vía para «recuperar Montevideo», debe estar totalmente ‘desconcertado’. A esta altura corren el riesgo de sufrir el peor desastre electoral de la historia.
Constanza y el PVP
Otro elemento fundamental a tener en cuenta, es la desintegración del ‘constancismo’. La senadora Moreira –supuesta abanderada de un reagrupamiento de izquierda– salió a apoyar al candidato de Tabaré Vázquez y Danilo Astori, contra Mujica y Topolansky. Este apoyo a Martínez pronto provocó la desintegración de la «Casa Grande» (sublema del constancismo), que quedó reducida a una diminuta choza. El PVP decidió lanzar su propia candidatura, mientras el PST convocó a votar a la senadora del MPP.
No es el único desencuentro. Mucho más relevante es que Macarena Gelman se integró a la «Comisión por Verdad y Justicia» convocada por Tabaré Vázquez sobre Derechos Humanos, mientras que desde el PVP se lo comparó con una operación para liquidar los reclamos de justicia, y consolidar la política de impunidad para el aparato represivo. Edgardo Oyenard (secretario de Derechos Humanos del PIT-CNT y dirigente del PVP) declaró que se trata de “una nueva Comisión para la Paz” y por eso señaló: “la historia nos dio la razón y quedó demostrado que aquellos era un mero engaño”.
El PVP lanzó su propia candidata a las elecciones montevideanas. El “ala izquierda” abraza así el método fraudulento de las «candidaturas múltiples». Virginia Cardozo llegó a defender que son «candidaturas complementarias», y ensalzó el hecho del que el FA fuera con varios candidatos. Con el mismo criterio, se debería ir con más de un candidato a la presidencia de la República, es decir, restablecer plenamente la estafa de la «Ley de Lemas» –que fue limitada por la Constitución de 1996. Un grupo que tiene sus orígenes en una fracción del anarquismo y sectores provenientes del marxismo, se pasa al elogio encendido de un régimen electoral fraudulento –orquestado por blancos y colorados. El voto a Cardozo lleva aguas al molino de Martínez o Topolansky, es un engaño.
La ‘alternativa de izquierda’ dentro del Frente Amplio está en descomposición apenas unos meses después de las elecciones de Octubre.
Por una representación política de los trabajadores
En este escenario, el Partido de los Trabajadores llama a la reflexión a la clase obrera y a la juventud. En las elecciones municipales nadie se puede dejar convencer a votar a Martínez o Topolansky a partir del «cuco» de la Concertación. El caballo del comisario es el Frente Amplio, que recibe el apoyo de Salgado (Cutcsa) y los grandes inversores inmobiliarios. Sea con Topolansky o con Martínez, la política será en lo esencial la misma.
Es hora de potenciar una alternativa de izquierda, anticapitalista y socialista. El PT convoca a votar por una representación política de los trabajadores, llevando luchadores a la Junta Departamental, para que se abran los libros contables al control de los trabajadores del Departamento, y para utilizar esa caja de resonancia al servicio de las luchas populares.
Este es el sentido de la candidatura de Andrea Revuelta en Montevideo: vamos por un nuevo comienzo para la izquierda, a trabajar para poner en pie una oposición de izquierda y socialista a los negocios capitalistas y el ajustazo del FMI.
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