El paro general parcial y la movilización que se llevó adelante el pasado 15 de setiembre fue sin dudas un gran pronunciamiento popular contra el ajuste con la presencia de más de 15 mil trabajadores, colmado por grandes columnas de obreros del SUNCA, de la enseñanza, de públicos, de FUECYS, y otras decenas de sindicatos.
A pesar de la masividad de la jornada, que da cuenta del potencial del movimiento obrero, el paro no formó parte de un plan de conjunto del PIT-CNT para quebrar la política del gobierno y las cámaras empresariales, al contrario fue rechazado por la dirección oficialista subordinada al gobierno que ni siquiera quería realizarlo, pues se viene adaptando con armas y bagajes al ajuste.
Las pautas salariales del gobierno continúan siendo un techo para los aumentos y constituyen un mecanismo de pérdida del salario real. Frente a esta medida, los sindicatos –ya lo anunció el SUNCA- pretenden avanzar en la negociación bipartita con las patronales, en lo que se puede denominar una vuelta a los 90’ impulsado por el FA.
El ajuste tiene como contracara la política de privatizaciones de las obras públicas, en educación y en salud con el mecanismo de las PPP, al que recientemente el Consejo Directivo Central de la Udelar decidió inscribir la obra del Hospital de Clínicas.
La rendición de cuentas aprobadas por ambas cámaras significó un nuevo recorte al gasto social, así como reafirmó la orientación que defiende el gobierno a partir del aumento del IRPF, es decir de mayores impuestos a los trabajadores, y la completa exoneración a los grandes capitales. De conjunto el gobierno desarrolla la primera dosis de un ajuste fenomenal, con miles despidos que ya pisan los dos dígitos.
Frente a este escenario, la masiva movilización plantea el desafío de poner en práctica un verdadero plan de acción de conjunto y un paro de 24hs por un programa en defensa del trabajo y el salario.
No pago de la deuda externa, nacionalización de la banca y el comercio exterior, derogación de las Afaps. Por fuertes impuestos progresivos sobre las grandes fortunas, eliminar el impuesto al salario y los impuestos indirectos, expropiación de toda empresa que cierre o despida, reparto (reducción) de las horas de trabajo entre trabajadores ocupados y desocupados. Aumento general de salarios. Salario mínimo de $ 35.000, reajustable automáticamente según el costo de vida. Por un Congreso del Movimiento Obrero para enfrentar el ajuste.
EDITORIAL
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