Las dos movilizaciones que hemos tenido en la última semana (martes 9/8 y domingo 14/8), que no bajaron de 10.000 personas cada una, marcan la necesidad de la continuidad de la lucha comenzada en julio y agosto del 2015 en busca de un presupuesto no menor al 6% del PIB para ANEP-UdelaR y también confirman el distanciamiento de las grandes masas de estudiantes y trabajadores de la educación con el gobierno del Frente Amplio.
El magro presupuesto recibido en 2015, empeorado aún por tener un carácter bianual, significó un gran ataque a la educación pública. El ajuste consumado con esta rendición de cuentas lo profundiza todavía más este ataque perpetuando el derrumbe educativo en todos sus términos, salarios de miseria para docentes y funcionarios, problemas edilicios que generan malas condiciones de aprendizaje y enseñanza, falta de cupos y horarios, entre otros.
A pesar del “festejo” por parte del conjunto de la dirección de la Federación -tras la votación en la Cámara de Diputados- por la reasignación del gasto para la Universidad, las dos movilizaciones, tanto cuantitativa como cualitativamente plantearon la capacidad de la juventud y los trabajadores para enfrentar el ajuste y la orientación política y social que manifestó el conjunto de la rendición de cuentas.
¿Triunfo o adaptación?
La caracterización que plantea como un triunfo la modificación del artículo 6, con la reasignación de recursos para la Udelar, fue compartida por las corrientes que dirigen la FEUU (PCU, Susana Pintos y Brigada 1958- e incluso por la agrupación del PCR, La Corriente) y también por el rector Markarian. Tanto las oratorias del martes como las del domingo (tras la repartija para organizarlas, en la primera habló el FPE-SP y en la segunda el oficialismo) marcan como un logro de la Universidad la reasignación de los gastos, ocultando que el carácter ajustador de la rendición de cuentas no fue modificado en ninguno de sus puntos. El dinero brindado definitivamente a la UdelaR, proviene del recorte de otros gastos sociales como ASSE, INAU, INEFOP y los recortes en la ANEP no se modificaron un ápice. Todo esto es ocultado detrás de la necesidad de seguir en la lucha para que el Senado confirme la rendición, sin recortes para la Universidad; o bajo propuestas políticas y económicas de corte keynesianas, negando el nivel histórico al que ha llegado la crisis global y las propias consignas que levantó la FEUU en el 2015 como el no pago de la deuda o la denuncia al esquema impositivo de beneficios al gran capital, por ejemplo. Estamos frente a una política de adaptación completa al ajuste.
Nuestra política
Desde la Agrupación Primero de Mayo colocamos la necesidad de retomar el carácter histórico de la Federación y por lo tanto de unificar todas las luchas para enfrentar realmente el ajuste. Desarrollemos asambleas y plenarios por un plan de acción de los estudiantes y los trabajadores, más allá de su sector de estudio o trabajo.
Para lograr todas nuestras reivindicaciones es necesaria la organización con independencia política tanto del gobierno nacional como del rectorado, por el 6%, para terminar con las medidas limitacionistas, por los fondos necesarios para la reconstrucción del Hospital de Clínicas y para el desarrollo de una salud y educación pública para los trabajadores y sus hijos.
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