< La situación del país muestra que el Partido de los Trabajadores tenía razón al denunciar el período de crisis en el que hemos entrado definitivamente; y se comienzan a vislumbrar nuevos elementos que evidencian el ajustazo que se viene luego de las elecciones del 30/11 Tenemos cada vez más empresas que cierran y dejan a los trabajadores en la calle. Hace poco fue por ejemplo Urupanel, como ya hemos denunciado desde estas páginas. Ahora aparecen múltiples elementos de alarma. Por un lado, cuando los funcionarios de la ex Calagua fueron a cobrar su salario se encontraron con que no había dinero y que la empresa había pasado al seguro de paro a casi todo su personal, sin ningún aviso. Son 150 familias que se ven afectadas por esta operación. Los dirigentes no aparecen y han dejado de pagar hace meses sus deudas con proveedores y empresas públicas. Los empresarios rapiñaron lo que pudieron y ahora se van dejándoles un panorama sombrío a los trabajadores. También surgió que ECOLAT (ex Parmalat) quiere despedir 325 trabajadores, el 75% de su plantilla; como parte de una “reestructura” impuesta por el grupo inversor que vino a reflotar la empresa, bajo la amenaza de que si no los dejan se van. La otra solución que plantean es la de aumentar los precios. Sea como sea, la salida que se plantea es que paguen los trabajadores. A todo esto se suman conflictos cada vez mayores en diferentes empresas como Credil, Pronto! o Imprenta Gráfica Mosca; con denuncias de persecución sindical y el desconocimiento de los convenios salariales, o el conflicto en el transporte suburbano donde “mágicamente” luego de una férrea lucha de los trabajadores apareció la plata que supuestamente no existía para cumplir con lo acordado. En medio de este panorama, las cámaras empresariales salen a pedir una devaluación poniendo como excusa la competitividad; y el futuro ministro de Economía se ve obligado ante la presión a salir a decir que no van a aumentar los impuestos sino que van a ver como “mejorar” el sistema impositivo. No hay más que revisar la historia reciente (de este Siglo XXI) para darse cuenta que la necesidad de salir a dar estos mensajes por parte del gobierno no son buenos augurios sino que buscan ganar tiempo y calmar las aguas mientras por atrás se prepara el golpe. Recordar los tristemente célebres “No vamos a devaluar”, “En Uruguay no habrá corralito” y otros similares para entender en qué tipo de situaciones es que los gobernantes tienen que salir a dar mensajes de tranquilidad; y estos mensajes son cada vez se escuchan más seguido. Se viene un ajustazo contra los trabajadores; la crisis ya la comenzamos a pagar. Necesitamos organizarnos para enfrentarlo, para plantear y defender la consigna “que la crisis la paguen los capitalistas”. Ante las amenazas de cierre por problemas económicos planteamos que se abran los libros a los sindicatos para su estudio. Ante el cierre de las empresas planteamos la expropiación sin indemnización y la puesta en funcionamiento bajo control de los trabajadores con el apoyo del estado. Ante la persecución de la patronal de la actividad sindical planteamos la organización de todos los trabajadores y la solidaridad entre sindicatos para enfrentar el ataque de la patronal y a las burocracias sindicales que contienen las luchas y desarman al movimiento obrero. Desde el Partido de los Trabajadores nos solidarizamos con todas las luchas frente al saqueo capitalista, estamos y estaremos siempre del lado de nuestros hermanos de clase.
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