1935-2025
La muerte del ex presidente uruguayo José Mujica ha concitado una gran repercusión en todo el planeta. Conocido como “Pepe” Mujica, fue propagandizado en su momento como “el presidente más pobre del mundo”. Al menos dos películas de gran difusión se inspiran en su vida: El Pepe, una vida suprema, de Emir Kusturica, y La noche de 12 años, dirigida por Álvaro Brechner.
Su trayectoria política -el ex guerrillero, y ex preso político y rehén de una dictadura militar, que abandonó las armas y se integró plenamente a la democracia capitalista y la gestión del Estado- fue colocada internacionalmente como un ejemplo a recorrer por parte de la izquierda.
Mujica nació en Montevideo, estudió en la escuela y el Liceo públicos de Paso de la Arena, su barrio. Desde los 13 años practicó ciclismo representando a varios clubes. En 1956 inició su militancia política en el Partido Nacional, donde llegó a ser secretario general de la juventud nacionalista. Fue secretario personal del diputado (y luego Ministro) Enrique Erro, que integraba la fracción herrerista del PN. Junto a Erro rompió con el PN y formó un acuerdo electoral con el Partido Socialista en 1962 (Unión Popular).
Más tarde se integró al Movimiento de Liberación Nacional, conocido como “Tupamaros”, del cual al inicio no fue dirigente. Estuvo en total 15 años en prisión, el periodo más largo entre 1972 y 1985. Más de 11 años fueron en condiciones de “rehén”, completamente aislado y en condiciones absolutamente inhumanas. Recuperó la libertad tras la finalización de la dictadura militar, en 1985. Participó junto a otros tupamaros en la reconstrucción del MLN, como una organización política legal, que solicitó en 1987 tras muchas discusiones la integración a la coalición de centro-izquierda Frente Amplio. Recién en 1989, el MLN fue admitido y conformó un agrupamiento llamado Movimiento de Participación Popular (MPP) dentro del FA. En ese momento los tupamaros decidieron no participar como candidatos en las elecciones, apoyando a otros dirigentes de izquierda. Esta posición luego fue modificada y en las elecciones de 1994 Mujica fue elegido diputado por Montevideo, y en 1999 fue electo senador.
La creciente moderación del MPP generó rupturas por izquierda (como al de Jorge Zabalza) y a su vez Mujica impulsó un proceso de captación de figuras provenientes de los partidos tradicionales blanco y colorado. Cuando el Frente Amplio alcanzó el gobierno en 2005, el MPP fue la fuerza mayoritaria y Mujica ocupó el cargo de Ministro de ganadería en el primer gobierno del FA.
En noviembre de 2009 fue electo presidente, luego de competir con el ministro de Economía Danilo Astori (que era apoyado por Tabaré Vázquez).
En octubre de 2020, renunció al Senado aduciendo un gran cansancio. Hace un año, él mismo anunció que se le había diagnosticado cáncer de esófago: “Al fin y al cabo que me quiten lo bailado” sentenció. Con la muerte de Mujica desaparece la última figura que junto a Tabaré Vazquez y Danilo Astori encarnaban lo que significó el arribo de la centroizquierda al poder. Antes de incorporarse al MLN tuvo un paso fugaz por el MIR, pro maoísta. Participó del secuestro del presidente de la empresa eléctrica estatal UTE, Ulysses Pereira Reverbel, mano derecha del presidente Pacheco Areco (1968) y posteriormente de la llamada “toma de Pando” (1969), una operación de ensayo en pequeño de una futura toma de Montevideo, muy emblemática y que salió desastrosamente mal, que terminó con cinco muertos y dos decenas de miembros del MLN capturados por la policía.
En 1973, ya consumado el golpe de estado reaccionario, fue sacado del Penal de Libertad y junto a otros ocho tupamaros y once mujeres, cambiado a la categoría de “rehén”. Esta designación tenía por fin disuadir a los tupas que quedaban en libertad de cualquier acción militar, ya que en caso de emprenderla los rehenes serían ejecutados, aunque a esa altura el MLN estaba en franco repliegue. Las condiciones de encierro eran especialmente severas. Un retrato aproximado y actual lo brinda la película “La noche de doce años” donde se retratan las peripecias de Mujica, Huidobro y Mauricio Rosencoff. Los militares habían dividido a los rehenes en grupo de tres y los rotaban periódicamente de lugar, frecuentemente cuarteles militares esparcidos por todo el país.
Las “mateadas” organizadas por el MLN post dictadura reunían centenares e incluso miles de personas, y sobre todo una gran cantidad de jóvenes. La aureola con que habían salido de la cárcel los rehenes posicionó a Mujica y a la dirección tupamara en condiciones propicias para reorganizarse y lanzar más tarde el Movimiento de Participación Popular (1989), hasta convertirse en el principal sector del Frente Amplio. La simpatía popular de la que gozaba era sin duda fruto de una forma llana de comunicación, muy inusual para una figura política de alcance mundial y por la identificación que lograba con su modos directos y nada protocolares: la mas recordada quizás el “no sea nabo” que le espetó a un periodista durante una entrevista en Canal 12.
“Mi sueño particular es hacer una escuelita agraria, todo el mundo los sabe, el reposo del guerrero, pero me tuve que meter en esta changa” dijo en 2008 durante la campaña que lo consagrará presidente de la república al año siguiente.
“Las etapas más felices de mi vida siempre tuve muy poco”. La crítica a lo que denominaba en forma abusiva como “consumismo” se volvió su seña de identidad en la última etapa de su actividad pública. “Hemos sacrificado los viejos dioses inmateriales y ocupamos el templo con el dios mercado.” Dice en su más famoso discurso durante Rio+20. “Él nos organiza la economía, la política, los hábitos, la vida y hasta nos financia cuotas y tarjetas de apariencia de felicidad.” La referencia al despilfarro y el derroche van a ser una constante, como si la forma de interactuar del ser humano en el capitalismo fuera solamente a través del consumo y no, y fundamentalmente, de la producción. Así el cambio social será sustituido por el “cambio cultural”, llegando a extremos: “Nosotros creímos que era una disputa de sistemas. Es civilizatoria. ¿Es civilizatoria por qué? Porque la lucha es por liberar al oprimido, pero también al opresor.” No sólo abjuró de la acción armada, sino que además defendió con tenacidad digna de mejores causas la impunidad de los militares responsables de crímenes durante la dictadura. Encumbró durante su gobierno a otro tupamaro, Eleuterio Fernández Huidobro, nada menos que como ministro de Defensa, donde tuvo carta blanca para atacar a las organizaciones de derechos humanos, y entorpecer las investigaciones que buscaban esclarecer el destino de los detenidos desaparecidos. Desde allí galvanizó el vínculo con las fuerzas armadas y nombró al general Manini Ríos como Comandante en Jefe, quien desde allí se catapultará luego a la acción política, tras chocar con Tabaré Vázquez durante el segundo gobierno de este.
Los ataques contra los sindicatos también fueron corrientes: “Hay que juntarse y hacer mierda a esos gremios, no queda otra”, dijo para el libro “Una oveja negra al poder” (2015). El arrebato venía a cuenta de que los sindicatos de la enseñanza no le habían permitido realizar la reforma educativa durante su mandato: “Ojalá logremos sacarlos del camino”, sentenciaba (ídem).
Durante su presidencia aplicó en varias ocasiones los “decretos de servicios esenciales”, es decir, la prohibición de las huelgas, particularmente contra los trabajadores municipales de Montevideo. En ese momento, la Intendenta de la capital era Ana Olivera, del Partido Comunista. Mujica y Olivera llegaron a utilizar el ejército para romper la huelga, usándolo para la recolección de residuos,
Durante sus últimos años esta aguda derechización tomó forma en una estrecha relación con Julio María Sanguinetti, expresidente y dirigente histórico del Partido Colorado que se materializó en libros y presentaciones en común donde el denominador fue el rescate de la democracia como valor universal. Este proceso comenzó cuando ambos presentaron renuncia al Senado, del cual se retiraron el mismo día tras abrazarse.
El fondo de toda la filosofía de José Mujica es la resignación, el culto al consumo exiguo o al subconsumo y la esperanza sacerdotal en enternecer a la clase dominante para que ceda voluntariamente una parte de la riqueza que obtiene de la explotación capitalista.
La autoridad política que le otorgaba su pasado de lucha y su verdadero calvario en la prisión, la puso al servicio de la integración de la izquierda al Estado y el capitalismo. Su ejemplo fue utilizado para fundamentar que la reconciliación con los represores y los explotadores era el único camino realista, y que la revolución era una quimera que solamente podía provocar sufrimientos.
El gobierno decretó tres días de duelo nacional. Mujica, miembro de una generación despertada a la vida política por el impulso de la revolución cubana y el ascenso de masas, sobreviviente de la bárbara represión contra la derrotada guerrilla urbana, miembro prominente de su cúpula, reciclado en defensor de la democracia y del capitalismo con “rostro humano”, será llorado por una enorme parte de la clase laboriosa y será elogiado por el conjunto de los explotadores.
El gobierno ha presentado oficialmente la hoja de ruta del “dialogo social”. La comisión encargada…
Intervención de Camilo Márquez candidato por la Lista 1917 en el acto de cierre de…
El pasado diciembre de 2024, a semanas de que el gobierno de la coalición de…
Vamos por un Frente de Trabajadores, ninguna confianza en el gobierno continuista de Orsi Este…
Los alquileres aumentan año a año entre 7% y 9%, en los últimos tres años,…
En las últimas semanas, los sindicatos docentes han denunciado un aumento en los casos de…