En los comicios regionales del domingo último los analistas han coincidido en calificar la caída electoral del Movimiento 5 Estrellas como un “hundimiento a lo Titanic” (Steven Forti, http://xn--rebelin-q0a.org/, 30/1).
La aparición del cómico Beppe Grillo y su M5E, pocos años atrás, se presentó como un fenómeno anti establishment’ –“echar a patadas a todos los políticos” y a “abrir el Parlamento como una lata de atún”, decían. Ahora el M5E, “en la región septentrional pasa, del 2018”, o sea, en menos de dos años, “de 700.000 a 102.000 votos y en el sur de 406.000 a 50.000”.
“El 4,7% obtenido en Emilia-Romaña, donde el movimiento había cosechado sus primeros éxitos importantes, y el 6,3% en Calabria, donde los grillini superaron el 43% en las generales de 2018, son una bofetada descomunal que muestra como una formación que aspiraba a revolucionar la política italiana e instalarse en el poder está cada vez más cerca de la desaparición”. El M5E “en las municipales de 2016 se había hecho con las alcaldías de Roma y Turín y en las generales de 2018 se convirtió en la primera fuerza con casi 11 millones de votos, el 32,7%” (íd.ant.).
El segundo derrotado en estas elecciones fue la Liga del xenófobo milanés Matteo Salvini, que apostaba a ganar las elecciones regionales e iniciar la ‘marcha a Roma’. Es, sin embargo, la fuerza que más creció en las elecciones, aunque en una alianza de toda la derecha italiana.
Quien fue artífice de la victoria regional del partido democrático, de la derechista centroizquierda, fue el llamado movimiento de las ‘sardinas´, un movimiento juvenil que se alzó contra el ascenso de la derecha y en defensa de los inmigrantes que huyen de la carnicería imperialista en el norte de África, como es el caso de Libia.
El movimiento adoptó su nombre de las muchedumbres que concentraba en las plazas, y pasaron a identificarse con la imagen de ese pez. Si bien el movimiento hasta ahora evita todo contacto con ´la política’´ es expresión de la insurgencia popular frente al impasse político y económico, que la ‘extrema izquierda’ no puede canalizar, luego de la capitulación vergonzosa de Rifondazione Comunista, que, integrada al Estado, desató un fulminante proceso de disolución.
La derrota absoluta del partido que dirige el gobierno (5 Estrellas), y la derrota relativa de quien lo secunda (Lega), no ha servido para desalojarlos del poder, ni para quebrar la coalición. Italia transcurre bajo un desacople político completo, aunque inédito. La posibilidad de una coalición de 5 Estrellas y el victorioso PD es incierta, entre otras razones porque la victoria de éste es ‘prestada’, sub-producto de las ‘sardinas’.