Good Bye, Frente Amplio!

El siguiente es el texto del compañero Federico Charlo, ex militante frenteamplista, titular a la Junta Departamental por la lista 1001 en las pasadas elecciones municipales por el departamento de Flores.

Su militancia comenzó en 2009 en esa fuerza política, y culmino a principios de 2015. La ruptura formal con el FA la realizo el mismo día que el gobierno decretó la esencialidad para quebrar la huelga docente del año pasado, posteriormente se incorporó a las filas del Partido de los Trabajadores.

Federico ademas, se desempeña como educador y secretario de la cooperativa de viviendas 28 de junio.

Quien ha visto la película “Good Bye, Lenin!” se sumerge en la historia de una familia de la RDA que a principios de 1990 debe ocultarle a toda costa a su madre (devota socialista y en coma durante la caída del Muro de Berlín) el triunfo del capitalismo en su amada Alemania Oriental.

En ese contexto se desarrollan una serie de desopilantes escenas donde el desmoronamiento de la RDA es convincentemente ocultado a la madre, quien desentendida de las transformaciones que la rodean, sigue convencida de vivir en un Berlín aún dividido de su capitalistas vecinos de la Alemania Occidental.

Salvando las diferencias, los anacronismos y hasta los análisis ideológicos, hace algunas semanas se me ocurrió pensar en cómo reaccionaría cualquier frenteamplista hoy, ante la interpelación de aquél que haya quedado en coma años atrás…

¿Cómo explicarle que todo aquello a lo que se opuso es ahora política de Estado, y todo aquello por lo que luchó quedó relegado al olvido, o peor, vilipendiado?

Pero la interrogante no surge del azar, ni de ningún divague existencial. La pregunta surge como una forma de comprender cómo (o más bien por qué), de pronto y sin cambiar me fui convirtiendo de titular de lista a la Junta Departamental, en el “ultra”, el que le hacía “el juego a la derecha”, o peor, un “traidor” entre tantos epítetos más…

Y es que parece que aquéllas viejas consignas de un Frente Amplio que se proclamaba como una fuerza de izquierda, fueron siendo progresivamente suplantadas por vagas ideas de gestión; las críticas internas empezaron a ser vistas como obstáculos a cualquier pretensión de gobernabilidad, y las que se hacían por fuera, eran (y son), un banquete a la derecha, que “como es natural”, está del otro lado y siempre son los demás.

Así, la salida de las tropas de Haití dejó de ser condición sine qua non para elevarse en su autoridad moral. La justa distribución de la riqueza es medida a través de la cantidad de vehículos vendidos, del porcentaje de turismo interno, la cantidad de concurrencia a conciertos de artistas internacionales, y el número de boliches nocturnos que se llenan (y podría continuar).

Ya no importan la impunidad de los militares que aún no están presos en cárceles vip; dicen, “son viejitos, qué los vamos a encerrar”, y si la educación está “en crisis”, un voucher lo podrá arreglar. Ni el 6% del PBI ni su justa reivindicación por parte de los estudiantes, los maestros y profesores (asediados por medidas impopulares y de represión a la lucha popular) son obstáculos para la Republicana, que como si gobernara Pacheco es mandada (golpes mediante) a desalojar.

Y en este escenario de conflictividad en la educación es donde también toma auge la discusión pública de eso que era un secreto a voces: fundieron Ancap. Durante esa discusión, en un contexto donde la economía que durante la campaña política era presentada como estandarte de la gestión, se sabe ahora que se encuentra estancada, y los consejos de salario son sesgados por pautas de corte netamente capitalista y neoliberal al son de la tan mentada “austeridad”. Días después, y tras el rescate de Ancap, lleguen los tarifazos con lo que la crisis capitalista y el déficit fiscal, provocado por el despilfarro y la mala gestión del FA, son doblemente sufridos por los trabajadores, que lo tienen que pagar. Blindados quedan los grandes capitales y sus multinacionales en Uruguay, cuyas exoneraciones tributarias e impositivas, descuentos en sus facturas de luz, teléfono y agua, siguen como están….

Pero recordemos que ya todo ello ha sido avalado por un Frente Amplio a cuya orgánica llegaron los para nada ambiguos mensajes de austeridad, en boca de su candidato natural y hoy Presidente de la República, quien fue claro al explicar que durante su gobierno no habría giros a la izquierda, y que quedaban relegadas esas viejas y “locas pasiones” de izquierda, “toca aguantar”…

Recapitulemos, ¿cómo se le explica todo esto (que es solo parte) desde una perspectiva de clase a un frenteamplista que acaba de despertar de un coma, lo sucedido en el acontecer nacional?

Y es que si alguna vez lo fue, el Frente Amplio ha abandonado por completo hoy su carácter de izquierda, y los frenteamplistas de a pie, quizá por inercia o quizá por no poder creer que esto sea verdad, resisten la idea de que quienes nos gobiernan lo hacen al servicio de los grandes capitales, y no de la voluntad popular.

Al tiempo que el aparato del Frente Amplio se abraza con esa derecha que históricamente se atrevió a criticar, hoy a los militantes de base que se apartan de esa realidad, no encuentran más que hostilidad en una orgánica marcada más por las voluntades mesiánicas de sus dirigentes que por su engranaje pretendidamente democrático, y a esas auténticas miradas y militancias de izquierda no les queda más que caer en la marginalidad, la indiferencia o el envilecimiento político si permanecen en el FA, o dar un paso a la izquierda y hacer carne la verdadera causa de nuestros intereses de clase, que es la lucha popular.

Federico Charlo