El triunfo electoral en las elecciones brasileñas del ultraderechista Jair Bolsonaro es la manifestación de la enorme descomposición política y crisis que atraviesa Brasil.
Bolsonaro emerge frente al derrumbe y al impasse del gobierno de Temer, y es la expresión política del golpismo, de los altos mandos del Ejército que propiciaron el golpe contra Dilma Russeff, y que luego han desarrollado una sistemática intervención en el escenario político nacional. Se trata de un avance de los mandos militares que han reagrupado a diversos sectores políticos conservadores, entre ellos los ruralistas y los evangélicos y que plantean un programa de guerra contra los trabajadores, con métodos
fascistas. El ascenso de Bolsonaro y sus grupos de tareas encarnan el revanchismo militar, la defensa de las dictaduras y el ataque a las libertades democráticas. Por eso, un gobierno encabezado por este personaje implica un intento de avance en la militarización de Brasil, y en la presión del Ejército a los poderes del Estado, se trata de un gobierno militar con ropaje ‘democrático’. El programa de Bolsonaro plantea una
subordinación en regla al imperialismo norteamericano, y una entrega de los principales recursos naturales, a partir de la privatización de Petrobras y de todas las empresas públicas. Su política además se encuentra al servicio del Pentágono y sus planes cada vez más decididos de una intervención militar en Venezuela.
El PT que gobernó Brasil más de 15 años, es el principal responsable del ascenso de estos sectores reaccionarios, en primer lugar porque a partir de su política de conciliación de clases, gobernó para el gran capital, los sojeros, los industriales de San Pablo, y los grandes bancos. En segundo lugar porque a partir de la adaptación y subordinación de las organizaciones obreras produjo una gran desmoralización y desmovilización de los y las explotados/as.
En el escenario actual el PT y su candidato Haddad lejos de enfrentar el ascenso del golpismo y de los grupos de tareas, vienen planteando la estrategia de la derrota, un frente democrático con cuanto derechista encuentra. El PT no ha sacado ni una sola conclusión del golpe de Temer, y continúa por la senda de la conciliación y los acuerdos con la burguesía aunque eso lo lleve aún más al precipicio. Se trata de una capitulación
sistemática consiente, una negativa a movilizar a las masas, que a pesar del PT han salido a las calles de la mano del movimiento de mujeres a rechazar a Bolsonaro con la consigna de ELE NAO. Es este movimiento de masas el que abre una perspectiva de lucha al que debemos soldarnos en un frente único de clase para hacer frente al avance reaccionario. En este sentido, es que desde el Partido de los Trabajadores llamamos a votar por Haddad en el balotage con nuestro programa, sin que esto implique ningún tipo de apoyo político. Por el contrario, dejamos de manifiesto la estrategia política de capitulación que el PT viene desarrollando, y hacemos un llamado a los y las trabajadores/as a tomar las calles.

En Uruguay, el Frente Amplio quiere valerse de los resultados electorales de Brasil con el objetivo de subordinar al movimiento obrero y presentarse alternativa electoral frente a los Lacalle Pou y Sanguinetti. Pero, al igual que el PT de Lula se postulan para continuar con ajuste de los gastos sociales de educación, salud y vivienda en función de pagar la fraudulenta deuda externa, entregar los recursos naturales, privatizar los entes públicos, aumentar la edad de retiro y aplicar una reforma antiobrera en el sistema de pensiones. En definitiva, se postulan como una alternativa para que la crisis la paguen los trabajadores. También hacemos un llamado a los sindicatos, al PIT-CNT, a la FEUU y todos los gremios estudiantiles, al movimiento de mujeres y LGTB, a los movimientos por los derechos civiles y de derechos humanos a pronunciarse e impulsar un frente único de clase para enfrentar el ajuste en curso y los métodos del fascismo.
Por todo esto, en lo que constituye una nueva jornada de movilización, siguiendo la convocatoria de las mujeres brasileras, por ‘elenao’ convocamos el 20 de octubre – en el marco de una movilización continental – a la embajada de Brasil para repudiar este viraje político que pretende violentar a los explotados y explotadas del continente.

Consideramos que la única forma de derrotar el asenso militarista es con los métodos históricos de la clase obrera, la movilización, la huelga general, y la organización de grupos de autodefensa del movimiento obrero.

¡Viva la lucha del trabajadores y pueblo brasileño contra Bolsonaro y el avance derechista! Por un gran movilización continental.

Por la Unidad Socialista de América Latina.

Partido de los Trabajadores

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