Etapa
La crisis mundial supone un desafío político para todos los sectores de la sociedad, imponiéndose con una fuerza tal que obliga a estos a posicionarse políticamente si no quieren ser derrotados o sus organizaciones barridas por el estallido de la crisis.
A nivel regional e incluso mundial vemos a una derecha que esta transitando por una dificultad enorme para encontrar los recursos políticos necesarios para darle una salida capitalista a la crisis, es decir llevar adelante un ajuste hacia las condiciones de vida de la clase trabajadora. Lo vemos en Macri, en Temer y en los fracasos de las reformas en Haití y en Jordania. Esto refuta además la caracterización de que nos encontramos frente a una ofensiva y a un reagrupamiento de la derecha a nivel regional.
Las coaliciones y los partidos de conciliación de clases, se encuentran todavía sumergidos en el fracaso de sus experiencias, pero hay varios factores que señalan también una posible recuperación del apoyo del capital financiero, ante el impasse político en el que se encuentra la derecha, entre estos factores encontramos: El apoyo del semanario TheEconomist al gobierno del Frente Amplio, alertándole a los autoconvocados que el FA ha sabido ser un mejor ejecutor del ajuste que los gobiernos de Macri y Temer, la victoria de Lopez Obrador en Mexico, y la posible liberación de Lula como ultima salida de la burguesía ante la profundización de la crisis política en Brasil. Sin embargo, esta posibilidad de la vuelta al gobierno de estas fuerzas, no supone una revitalización del proyecto de conciliación de clases, ya que a medida que la crisis mundial se profundiza la posibilidad de conciliar los intereses de la burguesía y la clase obrera se hace cada vez mas imposibles.
La tendencia apunta a lo contrario: el regreso al gobierno de estos partidos aceleraría su agotamiento y los colocaría cada vez mas enfrentados a las masas, ya que si quieren mantener el apoyo del capital financiero tienen que comprometerse a fondo con el ajuste, y como demuestra el caso de Haiti, de Nicaragua, de Jordania y de Argentina (las movilizaciones ante la reforma previsional), las masas se encuentran cada vez mas dispuestas a movilizarse para enfrentar los ataques a sus condiciones de vida. Todos estos casos de fuertes movilizaciones populares confirman esta tendencia a la rebelión popular, pero a la vez demuestran claramente la necesidad de una dirección política para estas luchas. El caso de Haití es paradigmático, la rebelión popular y la huelga tomaron una fuerza tan grande que provocaron la dimisión del gobierno, sin embargo no se llego a un planteo de poder, a causa precisamente de la ausencia de dirección política. Y la ausencia de dirección política no es solo la falta de partidos obreros, sino la falta de una política internacional para la clase obrera.
El foro de Sao Paulo
Desde su nacimiento en 1990, el foro de Sao Paulo definió lineamientos políticos de colaboración de clases, caracterizando que la democracia se había vuelto un “valor universal”, y que el fortalecimiento de esta y del estado de derecho traería un desarrollo social que sería aceptado por todas las clases.
Después de mas de una década de gobiernos de muchos de los partidos que formaron parte de aquellos primeros encuentros del Foro, nos encontramos con un profundo fracaso de las experiencias llevadas a cabo por los mismos. El supuesto desarrollo social, el proyecto de conciliar los intereses entre las clases, muestra hoy su otra cara; cuando la crisis mundial barrió con las condiciones económicas que posibilitaron el ascenso de estos partidos y se hizo necesario ajustar a los trabajadores, los partidos de conciliación de clases no dudaron en viabilizar este ajuste, tratando de evitar de cualquier forma que la crisis la paguen los capitalistas. En este contexto político se reunió hace casi dos semanas el Foro de Sao Paulo.
La declaración política final que salió de esta reunión revela el grado de decadencia política en el cual se encuentran los integrantes del Foro. Una declaración carente absolutamente de autocrítica, y que trata tan empecinadamente de negar el agotamiento de sus políticas que lleva hasta el absurdo muchas de sus caracterizaciones.
El primer elemento a destacar por la repercusión que cobro inmediatamente es la defensa sin matices al gobierno de Ortega en el conflicto en Nicaragua. El Foro caracterizo que “se está implementando la fórmula que viene siendo aplicada por el imperialismo norteamericano a los países que no responden a sus intereses hegemónicos causando violencia, destrucción y muerte mediante la manipulación y la acción desestabilizadora de los grupos terroristas de la derecha golpista”.
Parecen ignorar que una semana antes de que se desenvolviesen las manifestaciones por primera vez en Nicaragua, el gobierno estaba recibiendo un premio en el “AnnualInvestment Meeting” en Dubai por el mejor proyecto de inversión extranjera, y que la reforma jubilatoria que provoco el inicio de las protestas fue “recomendada” por el FMI para cubrir un déficit de 75 millones de dólares de la Seguridad Social. Cuesta ver donde está el cuestionamiento a los intereses hegemónicos del imperialismo en todo esto. Además la represión posterior desatada por el gobierno no ya a grupos terroristas de la derecha sino a estudiantes desarmados es una línea delimitadora clara. Esto es tan claro que hasta provocó que el FA se desvinculase de esta caracterización condenando la represión de Ortega (claramente sin denunciar que el objetivo de esa represión es la aplicación de un ajuste), el único que no se desmarco fue el PCU, el cual demuestra con esto que esta dispuesto a ir a fondo en la defensa de los partidos de conciliación de clases, aun cuando estos se vuelvan viabilizadores del ajuste, represores y explícitamente anti-obreros.
Otro punto importante de la declaración es la caracterización (demasiado ligera teniendo en cuenta la importancia central del asunto) al respecto de la guerra comercial entre USA y China al respecto el foro dice:
“Observamos con preocupación cómo la derecha imperial opera de forma concertada en el Consejo de Seguridad de la ONU; a favor del sionismo en Medio Oriente; para cercar militarmente a Rusia en Eurasia; para impedir que la República Popular China, en Asia, continúe su avance como potencia económica mundial con propuestas de paz y cooperación”, y también:
“Convocamos a fortalecer el movimiento mundial en defensa de la Paz. La realidad impone sumar fuerzas para presionar, por todos los medios posibles.”.
Pensar que el ascenso de China como potencia económica viene de la mano con paz y cooperación es absurdo, basta ver como el gobierno Chino enfrenta las luchas obreras al interior de su país para entender esto. La guerra comercial va de la mano con el ataque a las condiciones de vida de los trabajadores, la devaluación del yuan llevada adelante por China como medida contra USA exige, por ejemplo, que las burguesías que tienen negocios con la burguesía China devalúen también la moneda de sus países para que sus productos puedan competir en el mercado internacional. Y esta devaluación debe ir de la mano con una necesaria contención del crecimiento salarial, como mecanismo de transferencia de ingresos desde el trabajo hacia el capital. Por lo tanto ni con USA, ni con China, ni con Rusia los trabajadores tienen algo para ganar en esta guerra. Reclamar la paz en abstracto es una postura completamente inmovilista que no busca darle a los trabajadores una política para enfrentar la guerra comercial.
Por ultimo el otro gran punto del Foro y que ya fue nombrado anteriormente es el de la “contraofensiva neo-liberal”, a la cual la caracterizan como restauradora, diciendo que intenta hacer que nuestros pueblos regresen al neo-liberalismo, como si este hubiese sido superado en algún momento y como si los gobiernos “progresistas” no hubiesen sido claves a la hora de instrumentar medidas neo-liberales. Se hacen referencias constantes a los intentos del imperialismo de socavar la independencia económica y la soberanía de los pueblos latinoamericanos, e incluso a la depredación de los recursos naturales por el mismo. No ejercen la autocritica de que los gobiernos que reivindican fueron los responsables en darles grandes cantidades de tierra a capitales sojeros, que durante estos gobiernos se han llevado grandes extranjerizaciones, privatizaciones y que el sometimiento al capital financiero nunca se vio perjudicado. Tenemos que tenerlo claro, la mayor ofensiva actual es la que el conjunto de la burguesía esta intentando llevar adelante contra los trabajadores en todo el mundo, y tanto los integrantes del Foro de Sao Paulo como la derecha han sido y serán viabilizadores de esta ofensiva. Para derrotar esta ofensiva los trabajadores no deben guardar ninguna expectativa en estos partidos, solo pueden confiar en su misma organización, su poder, y su dirección política.
Otra perspectiva: La conferencia internacional de la CRCI
Como anteriormente se remarcó una perspectiva clave si se quiere derrotar el intento de la burguesía de descargar la crisis sobre los trabajadores, es la de construir una política internacional para la clase obrera. En base a esta caracterización los partidos que integran el Comité por la Refundación de la Cuarta Internacional llevaron adelante una conferencia internacional en Buenos Aires, en la cual se debatió y se votaron resoluciones al respecto de las cuestiones de etapa actuales, la comparación de las caracterizaciones políticas de la Conferencia Internacional con las del Foro de Sao Paulo delimitan claramente lo que es una política de conciliación de clases, que solo llevaría a una derrota a los trabajadores, y por otro lado una política revolucionaria que ponga como sujeto histórico a la clase obrera y se proponga su victoria.
Al respecto de la guerra comercial, a la cual la declaración del Foro de Sao Paulo no intenta explicarla ni encontrarle su lugar histórico, la Conferencia Internacional caracteriza: “Estas guerras imperialistas están estrechamente ligadas a la crisis capitalista mundial – determinadas por la crisis, que se inicia en torno a principios de la década del 70 del siglo pasado, y ha cobrado una dimensión colosal con la bancarrota de 2007/8. La bancarrota capitalista no es sino la expresión explosiva de un largo período de agotamiento del desarrollo de las fuerzas productivas y de la decadencia histórica del capitalismo. Un cuarto de siglo después de la disolución de la URSS y de la política de restauración del capitalismo en China, pone de manifiesto que el impasse histórico del capitalismo no tiene vía de salida por medios económicos y políticos. Pone de manifiesto que la integración de las ex economías estatizadas a la economía capitalista mundial no puede proceder por medios ‘pacíficos’.”
La Conferencia Internacional explicó el fenómeno de la Guerra como una expresión de la bancarrota capitalista y deja claro que los trabajadores no tienen nada que ganar en una guerra que se lleva a cabo para intentar salvar el sistema que los oprime, por este motivo reclamar Paz de forma abstracta como lo hace el Foro de Sao Paulo no lleva a ninguna parte, cuando un modo de producción de dimensiones mundiales se esta derrumbando a causa de su agotamiento solo hay dos opciones: salvarlo mediante los métodos mas extremos y barbaros (la guerra) o reemplazarlo por otro.
Al respecto de America Latina, las experiencias nacionalistas y los ascensos de la derecha, se caracteriza que:
“América Latina se destaca, en la presente etapa, por el derrumbe de las experiencias ‘nacionalistas’. Todas ellas vieron la luz como consecuencia de la crisis mundial, en las sacudidas previas al estallido de 2008. Fueron el instrumento de una operación de rescate del capital y se han hundido, en el período reciente, por la misma crisis mundial. El derrumbe ‘nacional y popular’ ha creado una situación particular: la emergencia de gobiernos de derecha, unos por medio de elecciones, otros por medio de golpes de estado ‘parlamentarios’. Al lado de estas experiencias se desarrollan luchas masivas, aunque Macri y Temer han logrado hacer pasar reformas estratégicas antiobreras con la colaboración del peronismo y el PT. La reciente crisis y caída del gobierno Kuczynski pone de manifiesto que la derecha no reúne las condiciones políticas para estabilizar la región.”
Cuando esta caracterización se llevo a cabo no había ocurrido ni el conflicto de Nicaragua, ni de Haití, ni la profundización de la crisis en Brasil y Argentina, estos hechos significan precisamente un acierto en la caracterización de que la derecha no reúne los recursos políticos suficientes para gobernar, y los eventos de Nicaragua confirman la caracterización del hundimiento de los gobiernos ‘nacionalistas’, como expresión de la crisis internacional que sacude América Latina.
Por último la conferencia internacional hace un llamado para que la clase obrera combata la crisis a nivel internacional y en cada uno de sus países: “Las organizaciones reunidas en la Conferencia Internacional, llamamos al proletariado de las metrópolis imperialistas a luchar contra las guerras desatadas por sus burguesías y sus estados, por un lado, mediante la movilización internacional, por el otro, mediante una acentuación de la lucha de clases en sus países, en la tradición del “enemigo se encuentra en mi propio país”. Tomamos partido por un frente único de combate contra las guerras imperialistas con las masas y las organizaciones que le oponen resistencia, sin importar su color confesional, en tanto encabezan una lucha real contra el imperialismo.
Denunciamos, asimismo, la complicidad de las burocracias restauracionistas y las burguesías nacionales con ese mismo imperialismo, y el propósito de valerse de él para llevar adelante sus políticas de privatizaciones en masa y la represión de la clase obrera en sus países.”
Conclusiones
Cada vez va quedando mas claro que las consecuencias de las experiencias de conciliación de clases tienen limites infranqueables marcados por la crisis mundial, luego de su agotamiento lo único que queda para la clase obrera es ajuste y precarización, por este motivo no se puede depositar confianza en los reagrupamientos de las fuerzas “progresistas”; si los trabajadores quieren derrotar el ajuste en marcha tienen que levantar sus propias organizaciones, sus propios partidos. La lucha por la construcción de partidos obreros va de la mano con la lucha por el levantamiento de una política internacional para la clase obrera, es decir la reconstrucción de la Internacional. Solo mediante esta premisa puede evitarse la barbarie que augura la profundización de la guerra comercial, la cual es una antesala de una posible guerra militar.
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