Tras cinco años de gobierno, Lacalle Pou dejará un conjunto de números que muestran un estancamiento persistente. El más importante el que indica un crecimiento económico que no supera el 1%. Se trata de una situación que se arrastra desde hace tres lustros. La gráfica sobre creación de puestos de trabajo se encuentra en una nebulosa, pues el gobierno cambió la metodología para manipular la tasa de empleo. Según un informe del Instituto Cuesta Duarte con fecha del 15 de octubre la participación de la masa salarial en el PBI pasó de 81,6 a 86,3, tomando como índice base 100 del año 1998. Este número está por debajo del año 2019 (antes de la pandemia) que era de 88,8. El informe, sin proponérselo, delata a todos los gobiernos como perpetuadores de la miseria salarial y la pérdida de poder adquisitivo de la clase trabajadora. Los indicadores de empleo si bien se asemejan a los del año 2017, los estudiosos del tema han explicado que se trata de trabajos de menor calidad, zafral o circunstancial.
La victoria de Orsi no hizo fruncir el ceño al establishment capitalista internacional. El britanico The economist tituló sugestivamente “¿Es Uruguay demasiado estable para su propio bien?” y apunta “A menudo parece que Oddone y Diego Labat, que habría sido ministro de Finanzas si hubiera ganado Delgado, podrían estar en el mismo partido.” (…) El mensaje económico más fuerte de Orsi en la campaña fue simplemente que no arruinará la estabilidad macroeconómica.” (25/11)
El semanario desengaña a los izquierdistas que se han empecinado en sostener que Orsi representaría un “modelo” o proyecto diferente al de Delgado. Lejos de esto lo que planea es algún tipo de gobierno de coalición en el gabinete o en el parlamento.
El desenlace de la primera vuelta dejó un escenario peculiar: la enorme votación de cerca de un millón de votos a favor de la papeleta blanca de la seguridad social se canalizó a través del FA, y dentro de este, del MPP, el sector que más se empeñó en atacar la iniciativa. Según Opción Consultores “Dos tercios del electorado frentista puso la papeleta” (El observador 7/11). La papeleta blanca, y acá está lo más interesante, obtuvo el triple de votos que la suma de todas las agrupaciones de esa fuerza que resolvieron ensobrarla. La diferencia se explica por qué un enorme porcentaje de votantes del MPP, sector que no ensobró, incluyó la papeleta blanca por su cuenta: “A medida que aumenta el porcentaje de votos a la 609, también aumenta el apoyo al SI”. (El observador 6/11)
El volumen de votos que recibió el MPP en esta condición tiene un carácter contradictorio. Conscientes de esto el propio Orsi deberá introducir una delimitación de ese electorado para poder ejercer funciones de gobierno coherentes. Inevitablemente esto hará saltar por los aires buena parte de ese respaldo.
Aquellos partidos identificados con el plebiscito retrocedieron electoralmente sin excepción, lo cual demanda una reflexión. El apoyo de masas a un plebiscito atacado por las nueve décimas partes del sistema político, es una expresión de rechazo a ese sistema político, sus candidatos y técnicos. Las elecciones desnudaron la enorme labor de los partidos defensores de las Afap (e incluso del imperialismo) para contener la evolución de las masas dentro de sus propios confines políticos.
La “gobernabilidad”, un tema recurrente en toda la campaña, aún no está cuestionada, para ello es necesario un cambio de vista pronunciado en el estado de ánimo y el punto de vista de las masas.
Aunque aún resta saber con exactitud cómo queda compuesto el gabinete, todo indica que no es allí donde se le daría participación a la oposición. Queda por determinar en forma más precisa el método político del nuevo gobierno, teniendo en cuenta que el oficialismo carece de mayoría en la cámara de diputados. Sobre este último punto, ya se inscriben desertores para ofrecerse como funcionarios del nuevo gobierno (Cabildo Abierto).
Lucha de clases
El primer paso de Orsi, incluso antes de la primera vuelta, fue nombrar a Gabriel Oddone como su ministro de economía, único cargo designado antes de los resultados. Oddone no ocultó nunca su respaldo a la reforma jubilatoria de Lacalle Pou. Una semana antes de la primera vuelta viajó a Washington a entrevistarse con el FMI, brindó garantías a “los inversores”, y más recientemente, tropezando con afirmaciones anteriores suyas y del presidente electo, avisó que la edad de retiro se mantendría en los 65 años. Como no hay anuncios de ningún tipo que apunten a alguna forma de recomposición salarial o creación de puestos de trabajo, es admisible definir al gobierno entrante como uno que viene a mantener y profundizar la miseria y la precariedad de la vida. El escenario inmediato no puede ser otro que el de un choque con las aspiraciones y hasta las pocas ilusiones que puedan existir entre los explotados. Orsi y compañía son perfectamente conscientes de esto. Al otro día del balotaje, ante la consulta sobre qué harán con la Ley de Urgente Consideración, Fernando Pereira presidente del FA respondió categórico que no van a derogarla. Se trata de una cuestión fundamental. La LUC galvanizó la prohibición de los piquetes, que ya bajó el gobierno de Tabaré Váquez por medio de un decreto se habían reprimido. En la LUC están las huellas de todos los partidos que han gobernado. Lo mismo podemos decir del derecho de huelga y de ocupación, así como un reforzamiento del aparato represivo. Mantener la LUC significa tenerla en la manga para utilizarla ante una agudización inevitable de la lucha de clases.
Los planteos vagos sobre la necesidad de cambios en la matriz productiva o dejar de lado la moderación para avanzar en “transformaciones de fondo” son una quimera. El gobierno Orsi será uno rabiosamente capitalista. No está a la vista, tampoco ninguna combinación política que haga viable esto; el peso del MPP con sus aliados (el ala derecha del FA) tanto en el senado como en la cámara baja es abrumador. Las “bases programaticas” del Frente Amplio se han transformado en la última trinchera de esta ala que antiguamente levantaba la tesis del “gobierno en disputa”. Este documento con más intérpretes que los textos sagrados, le han servido para justificar el voto a una candidatura enteramente patronal y pro-imperialista.
El nuevo gobierno sube con el visto bueno de todo el arco capitalista, pero con la demanda creciente de “abatir la presión fiscal”, que significa más recorte del gasto público y un mayor “achique” del estado. El semanario The Economist cierra su nota con un señalamiento ambivalente pero expresivo: “Uruguay demuestra cada vez más no sólo los beneficios de la estabilidad, sino también sus límites como estrategia de desarrollo.” La crisis mundial, a su modo, se hace presente en nuestro país en forma de un marasmo persistente.
En otra ocasión dijimos que una elección que repite a los protagonistas del pasado (con papeles cambiados) estaba indicando un impasse del régimen político y del propio electorado. La diferencia fundamental es el marco en que se da este replay de recambio, en primer lugar el apogeo de la guerra militar que involucra a gran parte de las potencias. Con el regreso del FA al gobierno está descontado el alineamiento de este con el imperialismo, atestiguado especialmente en el apoyo al sionismo. El recelo del activismo con Orsi y el conjunto del FA es un hecho indiscutible, esto explica en en buena medida el lanzamiento del propio plebiscito en defensa de la seguridad social. La tarea fundamental es recobrar la confianza en las fuerzas propias, sacudirse a la burocracia sindical y reconstruir la izquierda en clave revolucionaria. Este es el debate que está abierto.
Inaugura mandato con doscientos decretos ejecutivos. El día de ayer, Donald Trump inauguró su…
Alineamiento con Israel Pasadas las elecciones nacionales, son muchos los anuncios sobre compromisos internacionales asumidos…
La reciente presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyer para…
Desde el Mar Rojo al Báltico, se unifica el territorio de la guerra mundial. La…
El acuerdo entre Unidad Popular, Frente de Trabajadores en Lucha y Partido de los Trabajadores,…
Cuando ya falta menos de una semana para el balotaje, las encuestadoras marcan un virtual…