El pasado viernes se conocieron las pautas generales de esta Rendición de Cuentas, que deberían contener el presupuesto que el gobierno destinará a los diferentes sectores del Estado hasta 2020. El gobierno del FA ha tenido como política el ajuste presupuestal en función a los requerimientos del FMI y las calificadoras de riesgo, como lo hacen Macri y Temer en Brasil. Gobierna a espaldas de lo trabajadores, negándose a informar y establecer una efectiva negociación en los aspectos salariales (los cuales están previstos hasta 2019 y no incluyen a los funcionarios no médicos de ASSE), de condiciones de trabajo y de políticas públicas en los diferentes sectores.
Sin embargo, las prioridades están claras: pago de la deuda externa, pago a las PPP, reducción del déficit fiscal al 2,5%. Es decir: un presupuesto del ajuste, verdadero ataque a los trabajadores.
El vaciamiento del Estado, tiene su contrapartida en la privatización de amplios sectores (como la infraestructura) y la tercerización de los servicios (administración, mantenimiento, etc.), lo cual redunda, únicamente, en el beneficio de lo capitalistas que garantizan así, por un lado el pago de la deuda y por otro, la participación en la suculenta caja estatal.
Los sindicatos públicos han probado profusamente que está política de desguace estatal no beneficia ni a los usuarios de los servicios, ni a estudiantes o pacientes, explicándose solamente como una disputa por el mantenimiento de los márgenes de ganancias en plena crisis capitalista.
El FA demuestra así, que su gobierno es antagónico a los intereses de los trabajadores. La tesis de que el gobierno forma parte de un “bloque social y político de lo cambios”, vuela por los aires, a 20 días del último Congreso del PIT-CNT, donde fue defendida fervorosamente por la burocracia sindical alineada con la Gerardo Cuesta y Articulación.
Se demuestra en la práctica, una vez más, que es necesario un movimiento obrero independiente políticamente del gobierno, que enfrente su carácter burgués y coloque un plan de lucha propio. Otra alternativa es liquidacionista: el seguimiento a la burguesía, el sometimiento al gobierno. Esta lucha plantea la necesidad de la construcción de un Partido de combate de la clase obrera y tribunos obreros capaces de desarrollar la lucha contra la ofensiva capitalista. El movimiento obrero necesita una representación política propia y un programa.
Un programa obrero debe incluir consignas que respondan a las necesidades del momento: lucha contra el desempleo (reparto de las horas de trabajo sin pérdida salarial), salario igual a media canasta inmediatamente, presupuesto acordé a las necesidades en educación y salud, no pago de la deuda externa, terminar con los subsidios al gran capital e impuestos progresivos, eliminación del IVA e impuestos al salario, eliminación del secreto bancario, y como consigna fundamental: que el PIT-CNT rompa con este gobierno que no duda en desplegar su aparato policial para desalojar una ocupación (como pasó recientemente en BIMBO).
Con este programa llamamos a que el PITCNT vote un paro general y un plan de lucha para derrotar el presupuesto del FMI.
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