La medida del cierre, en principio parcial, de varias dependencias en el interior del país del Banco de la República, que pasaran a atender solo dos o tres días a la semana, representa un nuevo ataque del gobierno por intermedio de sus representantes políticos (el directorio) a la Banca Oficial y un campo abierto de ganancias para las corresponsalías y la Banca Privada.
Así el Banco de la República se retira de escena con la excusa de que las dependencias son deficitarias, a pesar de que en el último año el mismo Banco tuvo ganancias por casi 200 millones de dólares. Ganancias que se repiten año a año, a pesar de los enormes despilfarros y regalos a los empresarios amigos del gobierno. ¿Cuántas dependencias podrían ser cubiertas con los millones regalados a Fripur? ¿Y a López Mena? Sumemos las tasas de interés ridículas que se le cobran a dichos empresarios, mientras el mal llamado “crédito social” ronda el 20% dependiendo la modalidad.
¿Qué queda en dichas localidades? Un “Banco País” reducido, en donde no se pueden hacer todos los trámites bancarios ya que además de cerrar dichas dependencias han visto reducida su categoría, quitándoles jerarquías, entre ellos a los gerentes, obligando a la población a trasladarse varios kilómetros a una dependencia con gerente, o muriendo en el negocio de la Banca Privada y las corresponsalías.
Se pierde además la calidad del empleo. Las condiciones de trabajo bancarias son reemplazadas por las condiciones precarias de las redes de cobranza. Ya no habrá perspectiva de ingreso y llenado de vacantes en dichas localidades.
Tampoco se podrá acceder libremente al propio salario. La bancarización obligatoria, sumada a la limitación en los cajeros del Banco República de sacar montos diferentes a múltiplo de $ 500, y al cobro de comisiones por transacción en las corresponsalía, llevan a que se deba pagar para poder acceder al salario. Una verdadera confiscación del dinero de los trabajadores que va a parar a bolsillos privados.
Esta historia ya la vivimos hace unos años con el Banco Hipotecario. La metodología y los actores son los mismos. El cierre parcial no es sino una manera de suavizar el desmantelamiento del Banco República. Para enfrentarlo es necesaria la organización de los trabajadores, superando las limitaciones que impone la burocracia sindical de AEBU a la lucha. En cada localidad necesitamos organizar asambleas y definir planes de lucha para golpear todos juntos al gobierno e impedir que continúe con su política privatizadora y precarizadora. Esta lucha no solo abrirá el camino a la defensa del Banco República, sino que sentará las bases para luchar por la estatización de toda la Banca y el Comercio Exterior bajo control de los trabajadores, para que realmente responda a sus intereses y necesidades, y no al lucro del gran capital.
Partido de los Trabajadores
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