Para este 16 de octubre está convocada en todo el país una movilización nacional contra las AFP (sistema de jubilición privada), que tiene como antecedente las grandes manifestaciones que desde agosto han convocado a un millón de personas en todo el país. Esta jornada se presenta como la preparación de un paro nacional que se ha convocado para el 4 de noviembre.
Deterioro económico y pensiones
En el contexto de una situación económica que se agrava, con salarios a la baja que agudizan la situación de endeudamiento de millones de trabajadores y una ola de despidos que recorre todo el país, tomamos en nuestras manos la lucha no solo de los trabajadores activos, sino también la organización de los jubilados.
A 35 años de la creación de las AFP por la dictadura militar, la situación de los jubilados del país es desastrosa. Hoy el 91% de las pensiones pagadas bajo el mecanismo de retiro programado, bordean los $156.312, un 61% del salario mínimo. Las proyecciones apuntan a que en 10 años más, el 50% de quienes cotizaron entre 25 y 33 años, obtendrá menos del 22% del salario que tenía en los últimos 10 años. En forma paralela, los beneficios que obtuvieron las empresas del área son monumentales. Sólo entre enero y septiembre del 2015 las ganancias de las AFP aumentaron en un 71,4%, lo que equivale a 486.000 millones de pesos (748 millones de dólares).
Bajo todos los gobiernos posteriores a la dictadura, fueran estos de concertación o derecha, el sistema de capitalización individual (contribución forzosa exclusiva a los asalariados del 10% del salario) y de AFP privada que hicieron un meganegocio a costa de los ahorros y las condiciones de vida de los jubilados, con la excusa de lograr una “mejor rentabilidad”. La situación de miseria extendida que vive el proletariado de la tercera edad en Chile, ha logrado movilizar a la familia obrera, quien perdió el miedo y se volcó a las calles. La pensión promedio en el país hoy bordea los $120.000 (U$S 180)
La Nueva Mayoría y el rescate de las AFP
Tras las grandes protestas, el gobierno anunció su voluntad de hacer una reforma del sistema jubilatorio y establecer dichos cambios por medios de un “pacto nacional”, buscando acuerdo con la derecha para mantener a las AFP en el negocio. La propuesta de Bachelet consiste en aumentar el aporte del Estado a las pensiones más bajas sustentadas en el Pilar Solidario donde seguirán desviando recursos públicos a administradoras de pensiones privadas que generan ganancias con la plata de los jubilados, el aumento de la edad jubilatoria, una contribución por parte de los empresarios que sería aplicada gradualmente hasta llegar al 5% del salario la cual, y la creación de una AFP estatal “testigo”. Esta última conviviría con las AFP privadas. La cobertura a las pensiones más bajas representa un enorme subsidio estatal a las privadas, ya que dicho aumento saldrá de los fondos públicos. Esto va ligado a un ataque en regla contra los trabajadores, al llevar la edad jubilatoria a los 65 años. La creación de una contribución patronal no ha despertado la simpatía de los empresarios. Pero este aporte, en caso de prosperar, como ha ocurrido con otras cargas patronales, ya han anunciado los voceros del capital, será trasladado a los precios o será compensado a costa de ajustar las remuneraciones. Este paquete apunta a rescatar un sistema agotado, nacido en la época de la dictadura.
Levantemos un programa obrero por la defensa de los jubilados
Al alero de las convocatorias abiertas de la Coordinadora NO + AFP, en septiembre se desarrolló una importante asamblea a la cual asistieron más de 200 dirigentes sindicales de todo el país y de diferentes ramas productivas, que deliberaron entorno a la movilización de este 16 octubre y acordaron sacar adelante el llamado a un paro nacional para el 4 de noviembre. Hay que destacar que toda esta iniciativa de lucha se gestando contrapelo de la pasividad de la burocracia del PC y el PS que hoy controlan la CUT.
Al régimen actual, hay que oponerle otro régimen solidario que privilegie el interés popular, por esto convocamos a todos los trabajadores a sumarse a la marcha del próximo domingo y la paro nacional para poner en la agenda política, junto a los jubilados, un programa totalmente independiente del gobierno de la Nueva Mayoría, que se plantee la firme tarea de pelear por todos los reclamos postergados y merecidos luego de una larga vida de trabajo:
Por una pensión equivalente al 83% móvil respecto del último salario laboral, actualizado de acuerdo al costo de vida. Un salario mínimo equivalente a una canasta familiar básica de $800.000. Restitución inmediata de los aportes patronales, eliminación de las contribuciones de los asalariados; transferencia de todos los cotizantes y sus ahorros a un nuevo organismo estatal de fondo de pensiones, el cual esté bajo el control y administración de representantes de trabajadores activos y pasivos.
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