El Partido de los Trabajadores se dirige a Uds., a los sindicatos, los gremios estudiantiles, los cooperativistas, y a todas las organizaciones sociales que han debatido en torno a la Ley de Urgente Consideración, dejando en clara su posición sobre la iniciativa de referéndum parcial contra 133 artículos de la LUC.
En la entrevista que nos solicitara el Secretariado del PIT-CNT dejamos en claro que éramos partidarios de un referéndum contra toda la LUC, ya que se trata de una ley de conjunto reaccionaria y antiobrera. La aparición de algún artículo aislado aparentemente neutral o inocuo no justificaba desguazarla e ir a una votación “artículo por artículo”, ni mucho menos provocar la fractura de la propia Intersocial.
La larguísima discusión en las organizaciones sociales evidenció que existe la voluntad en un amplísimo sector de enfrentar consecuentemente al gobierno derechista y su criatura la LUC, rechazando la “oposición constructiva” o incluso el “Acuerdo Nacional” impulsado por el Frente Amplio con el pretexto de la pandemia. Declarar que la presentación de una LUC con múltiples temáticas y cientos de artículos es violatoria de la propia Constitución anti-democrática vigente, y luego pasar a votar la mitad de sus artículos es mucho más que una oposición vacilante, es una abierta colaboración con la derecha. Los militantes que desde sindicatos, gremios de estudiantes o cooperativas de vivienda reclamaban ir contra toda la LUC estaban pidiendo una lucha consecuente contra el gobierno y su plan de ataque a los derechos laborales y sociales.
Una de las principales luchas que se vienen en forma inminente es la reforma de la Seguridad Social. Es un secreto a voces que pese a la polarización que aparentemente existe en lo electoral en el tema del régimen previsional existe una amplia voluntad concordante en cuanto a llevar adelante una rebaja de derechos a los trabajadores. Ya en el programa de gobierno del Frente Amplio en 2014 se planteaba el aumento “gradual” de la edad de retiro. En la última campaña electoral se planteó un consenso en este sentido entre las principales candidaturas, aunque no se planteaba muy claramente ni con franqueza que se iba a una reducción de las jubilaciones y a exigir trabajar más años a los ya explotados y pauperizados trabajadores uruguayos.
Una prueba de este gran Acuerdo Nacional entre gobierno y oposición es el voto unánime en el parlamento a los artículos 393 a 398 de la LUC, que pretende ser minimizado como “apenas” una comisión de expertos que “sugerirá” cambios a la seguridad social al gobierno. En el mejor de los mundos esas “sugerencias” podrían ir contra las Afap y el gran capital, pero todos sabemos que eso no lo plantean ni siquiera los “opositores constructivos” ni el gobierno. Por otra parte, aunque alguno de los integrantes de la Comisión de Expertos propuesiera algo fabuloso, es sabido que una reforma del sistema jubilatorio sólo puede tratarse si es enviada al parlamento por el gobierno. La llave de la reforma la tiene la derecha coaligada. O sea que admitir la participación en una comisión supuestamente “técnica” es generar el ámbito y el ambiente para un gran “pacto social” en detrimento de los trabajadores.
Existen muchas manifestaciones públicas de parte de personajes del gobierno como de supuestos opositores en cuanto a aumentar la edad de retiro o rebajar la jubilación inicial (lo han manifestado Astori, Mujica, y algún otro líder frenteamplista). El argumento es el déficit de la Seguridad Social y el aumento de la expectativa de vida. Se afirma que en estas condiciones las personas tienen que “trabajar más” para que no se desequilibre el sistema previsional. Lo que no se dice es que tanto los gobiernos blanqui-colorados como los frenteamplistas han rebajado los aportes patronales, descargando el agujero financiero sobre las espaldas de la población -a través del IVA y el IRPF. O sea, que son los trabajadores a través de su aporte personal así como de sus impuestos los que vienen sosteniendo no sólo las jubilaciones sino buena parte de las prestaciones sociales del BPS. Tampoco se dice que gran parte de las patronales están exoneradas de aportes porque están en zonas francas o subsidiadas. Mientras el aporte obrero alcanza el 15%, las patronales de conjunto aportan poco más de la tercera parte teniendo en cuenta esas exoneraciones. La primer medida que debería establecerse para evitar el déficit estatal sería que las patronales aportaran como mínimo lo mismo que los obreros, eliminando exoneraciones. Ni el gobierno derechista ni la oposición centroizquierdista van por ese lado. Tampoco van por la eliminación de las Afaps, que lucran con el ahorro forzoso impuesto a los trabajadores. Es un secreto a voces que la Caja Militar se lleva gran parte de los aportes de Rentas Generales, sin embargo en 15 años de gobierno el Frente Amplio fue incapaz de recortar las jubilaciones de privilegio de la alta oficialidad. La última declaración del FA sobre seguridad social ni siquiera nombra a la Caja Militar. Por supuesto que es aún más escandaloso el gasto militar tomado en su conjunto (no sólo el sistema de retiros militares), ya que es un aparato destinado a aplastar al pueblo en caso de rebeldía -como lo demuestra toda la historia nacional.
Los mismos que dicen habrá que trabajar más años son los que por otra parte profetizan que van a desaparecer cientos de miles de puestos de trabajo en las próximas décadas. O sea que aún si los obreros se sacrifican y trabajan muchos años más, el sistema estaría quebrado porque no alcanzarían los aportes de los activos para sustentar las jubilaciones y pensiones. Si un aumento de la edad de retiro ya de por sí provocaría mayor desempleo juvenil, ¿qué se puede esperar si a eso sumamos la destrucción de empleos que supuestamente surgiría de los avances tecnológicos? Se plantea entonces un sacrificio inútil y destructivo. ¿Los jóvenes se tendrán que ir del país, como ha sucedido históricamente? La baja natalidad o el envejecimiento de la población tiene relación directa con la emigración de los jóvenes producido durante décadas. La Comisión de Expertos ha recibido estudios que plantean que en unas décadas la población del país se va a reducir en un 20%. La clase social que nos domina es capaz de proyectar cualquier cosa, menos la posibilidad de terminar con su régimen de dominación, que es el que no funciona más -como lo ha demostrado la propia pandemia del Covid. Se plantea que los trabajadores están obsoletos por el avance tecnológico, cuando la realidad es que la burguesía es incapaz de reproducir su capital en forma productiva -explotando más mano de obra- por la crisis de superproducción y la caída de su tasa de ganancia. Y la propia caída de las tasas es otro factor que ataca la viabilidad de los fondos previsionales -que no logran valorizarse para sostener el servicio de una renta jubilatoria, o sea van a la quiebra. Todos estos elementos surgen de la caducidad del capitalismo, no de factores “naturales” ni mucho menos son responsabilidad de los laburantes que han trabajado y aportado durante decadas. Los banqueros son capaces de fantasear sobre “rentas básicas universales” de miseria, pero no de plantear la reducción de la jornada laboral y la reducción de los años de trabajo, como forma de repartir el trabajo entre todos los trabajadores sin reducir el salario.
La reforma previsional ya está siendo negociada. Tanto el Frente Amplio como el PIT-CNT integran la Comisión de Expertos sobre Seguridad Social, y están generando el ambiente para lo que sin dudas será un mazazo a los trabajadores. Por ello, el voto del FA a la creación de esta Comisión, así como la negativa del Secretariado del PIT-CNT a incluir estos artículos en el referéndum, muestra la voluntad de participar de este verdadero pacto contra la clase obrera. En lugar de estar preparando un Plan de Lucha y hasta la Huelga General contra cualquier proyecto que ingrese al parlamento con la más mínima reforma a la baja de los derechos jubilatorios, se está negociando y pactando de espaldas a los trabajadores. Hay que tener presente que en todo el mundo la clase obrera ha protagonizado grandes huelgas o directamente levantamientos populares contra las reformas laborales y jubilatorias. La labor de los sindicatos debe ser preparar esa lucha, no actuar como bomberos.
Sin dudas en la LUC hay muchos otros artículos que son nefastos, antidemocráticos, regresivos, antipopulares, que no están entre los 133 que han sido impuestos a las organizaciones sociales por mandato de la cúpula del Frente Amplio (que no de su base militante, que aspiraba a una actitud más consecuente de oposición). Sin embargo, no queremos ponernos a detallar uno por uno. Preferimos concentrarnos en esta gran batalla que viene por delante contra cualquier rebaja de las jubilaciones y cualquier aumento de los años de trabajo. Para que paguen los capitalistas y no los trabajadores hay que eliminar las Afaps y suspender el pago de la deuda externa, aumentar el aporte patronal y no los años de trabajo, terminar con los subsidios y exoneraciones para financiar un plan de obra pública y de construcción de viviendas populares, aumentar el salario mínimo, terminar con las jubilaciones de privilegio militares o civiles, todo lo cual demanda un programa de lucha de los trabajadores, no de pacto con los gobiernos capitalistas.
El PT declara que un referéndum contra la LUC que no incluya el ataque a la reforma jubilatoria del Fondo Monetario Internacional, se convierte en una maniobra distraccionista. Se termina encubriendo que se está dando el voto a un gran pacto político y social en torno a la seguridad social, donde los trabajadores serán el pato de la boda.
Ya se han consumido más de cinco meses desde la aprobación de la LUC, en función de terminar de domesticar a las organizaciones populares a la política de “oposición constructiva” y “Acuerdo Nacional”, preparando una derrota popular incluso si se llegaran a alcanzar las firmas, porque mientras tanto a puertas cerradas y sin consultar a nadie se están reuniendo para negociar sobre la seguridad social. Pero además es altamente probable que por este camino las firmas no se alcancen. La decisión de impugnar solamente 133 artículos ya ha generado la crisis de la Intersocial, de la cual se apartan muchos activistas. El enfrentamiento a toda la LUC podía constituirse en un llamado a la pelea consecuente, que debía combinarse con la acción callejera y huelguística (y no meramente la recolección de firmas), mientras que ceder ante la presión de la cúpula del FA ha conducido al resultado opuesto, generando el rechazo de muchos militantes.
Una campaña de oposición al gobierno derechista y su LUC debería ir contra toda la ley, y como mínimo incluir la impugnación de la reforma de la seguridad social fondomonetarista que se nos viene. Para preparar esa lucha, hay que romper con la estrategia de “Acuerdo Nacional” e incluir los artículos 393 a 398 de la LUC, y decirle claramente a los trabajadores que habrá que salir a luchar para enterrar la reforma jubilatoria anti-obrera.
PARTIDO DE LOS TRABAJADORES
Jueves 17 de diciembre, 2020
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