Por tercera vez la dirección de AEBU llevó a una asamblea el mismo pre acuerdo ya rechazado previamente por los trabajadores (incluyendo la extensión horaria declarada innegociable por la segunda asamblea). Esta vez lograron su aprobación en una votación muy pareja y que dejó dudas. Cabe aclarar que en la asamblea anterior en el Club Atenas, la dirección proclamó que su posición era mayoritaria, pero cuando se contaron los votos se comprobó que había sido derrotada por casi 100 votos. En esta asamblea no se arriesgaron: se negaron a contar y levantaron raudamente la asamblea.
Por otra parte, se cortó tempranamente la lista de oradores y se pasó a votar muy temprano. En este evidentemente hubo un cálculo bastante certero de las corrientes oficialistas. Mucha gente de Montevideo llega tarde a la asamblea, y en la capital es donde existe mayor rechazo al convenio. Si se extendía un poco más la discusión, podía llegar uno o dos centenares de afiliados, y cambiar la correlación.
La moción triunfante contempla la posibilidad de que hasta un 10% de la plantilla laboral de los bancos oficiales pase a trabajar 8 horas, en forma “voluntaria”. Obviamente, existen mecanismos de presión sobre el trabajador para obtener su consentimiento (por ejemplo, la amenaza de traslado). La dirección minimizaba la importancia de esta medida, en el entendido que abarcaría a una minoría. La intención del gobierno había sido que las 8 horas pudiera imponerse a los futuros ingresos y a los ascensos, lo que luego tuvo que ser retirado. En la Administración Central ese fue el mecanismo impulsado (bajo el gobierno de Mujica) para imponer las 8 horas, que no afectaban a los trabajadores que ya tuvieran jornadas menores.
La extensión horaria se plantea en un contexto de reestructura (achique, cierre de sucursales, privatizaciones parciales), por lo cual es una herramienta más para la patronal. El fuerte rechazo que despertó la posibilidad de extensión horaria muestra que en la base existe una importante conciencia, que plantea condiciones para cambiar la dirección y la orientación del sindicato.
La conducción sindical saboteó las resoluciones de asamblea desde el comienzo. Terminada la asamblea de mayo, el propio Secretario General de la banca oficial (del PCU) declaró en el portal de AEBU que la plataforma votada era “absolutamente excesiva” y “no había fuerzas” ni “capacidad de movilización” para conquistarla. Ese fue el discurso de la dirección durante cuatro meses. Lograron producir un fuerte desgaste, pero al costo de que crece la conciencia en gran parte del gremio (y en particular entre los jóvenes) que el gran problema es la dirección, que es la representante del gobierno dentro del sindicato. Se plantea entonces la necesidad de sacar todas las conclusiones y poner en pie una nueva dirección, independiente del gobierno y sometida al mandato de las asambleas. Durante todo el conflicto se conformó un bloque de agrupaciones (810, 575, 999, 319) que llevaron adelante un planteamiento común. En algunos casos se logró llegar a acuerdos incluso con la 1955 (MPP, PVP), pero en la última asamblea esta corriente terminó presentando una moción que dividía este bloque, lo que por otra parte reflejaba el hecho que tenía una posición intermedia y no una oposición de principios al acuerdo con el gobierno.
En abril del próximo año, se realizarán elecciones generales en AEBU, y es necesario poner en pie un frente de agrupaciones y militantes para recuperar el sindicato para los trabajadores.
Hola, me voy a permitir opinar al respecto de la concurrencia no de lo que se voto, según tengo entendido la asamblea estaba citada para las 11 horas y se voto alrededor de las 15 horas, son 4 horas y trabajadores de Montevideo todavía no habían llegado? esto es una falta de respecto para los demás trabajadores que ya estaban en la asamblea, no les parece?, mas aun con los que tenían que viajar porque supongo que habían de todo el país, saludos.-