La publicación de una nota en Brecha sobre el cierre de dependencias, privatizaciones y tercerizaciones en el Banco de la República, generó las iras del Consejo de Banca Privada de AEBU. El artículo de Blixen denuncia el “desguace” del BROU por parte de su directorio frenteamplista, presidido por el astorista Jorge Polgar. La conducción sindical de la banca privada (conformada por astoristas y “socialistas” cercanos al astorismo) pagó un comunicado en toda la prensa para atacar al periodista que denunció las privatizaciones, lo cual no deja de ser muy significativo.
La nota de Brecha es reveladora porque demuestra que la “bancarización” y el “desguace” privatizador van de la mano. Blixen muestra la presencia de diez empresas privadas en la tercerización del desarrollo informático (por lo que se llevan más de 15 millones de dólares), pero también la tercerización de tareas esenciales a un banco -desde la atención al público en distintas tareas, hasta nada menos que el análisis del crédito. La consultora CPA Ferrer se beneficia de esta última tercerización, poniendo a trabajadores con sueldos miserables a analizar balances de empresas clientes del BROU, por lo cual CPA recibe grandes sumas.
Lo que generó la rabia de la dirección oficialista de AEBU fue la denuncia sobre Microfinanzas, una sociedad anónima que es propiedad del BROU y que surgió a propuesta del Consejo de Banca Privada luego de la crisis bancaria de 2002. En Microfinanzas se dio empleo a trabajadoras de la ex Riloman (colateral del Banco de Crédito), que entraron con contratos precarios y bajos salarios a prestar servicios tercerizados en beneficio del BROU. Si al inicio la dirección de AEBU podía alegar que no existía otra salida y que esta era transitoria, tras 15 años de aquella crisis y 12 años de gobiernos frenteamplistas lo que ha sucedido es que Microfinanzas se ha consolidado como un mecanismo para abaratar mano de obra y favorecer la reestructura privatizadora del BROU. Obviamente, la responsabilidad radica en el gobierno y los Directorios del BROU, no en las ex trabajadoras de Riloman. La dirección de AEBU ha venido avalando toda esta reestructura y las tercerizaciones, con el argumento de que es el cambio tecnológico el que impulsa la reducción de puestos de trabajo, cuando se ve por todos lados que un empleo genuino y con convenio es sustituido por otro más precario y sin derechos. Es lo que denuncia Blixen cuando afirma que allí donde el BROU cierra parcialmente una dependencia (y en particular las cajas del banco) se abren simultáneamente nuevas agencias de Abitab y Redpagos, obviamente con cajeros humanos que cobran la tercera parte que un bancario estatal.
Dentro de AEBU, la “Coordinación para el Cambio” se opuso a la ley de “inclusión financiera” que no sólo fue apoyada sino promovida por la conducción oficialista del sindicato. De la mano de la llamada “bancarización” vinieron las “corresponsalías”, que es la tercerización de tareas en beneficio de las redes de pagos (donde los clientes de los bancos pueden realizar trámites bancarios), es decir, el impulso al empleo precario y sin los derechos del convenio.
En el caso de Microfinanzas, lo que corresponde en primer lugar es reclamar que sus trabajadores tengan todos los derechos del convenio de la banca oficial, en tanto su patrón es también el Banco de la República. En segundo lugar, que pasen a ser funcionarios presupuestados, como se hizo hace poco con los ex trabajadores del Bandes. AEBU dejó pasar, no por casualidad, la oportunidad de exigir el ingreso como bancarios estatales a las compañeras de Microfinanzas, en oportunidad de aprobarse la ley que establecía la absorción de trabajadores del Bandes por parte de la banca oficial.
El cambio de presidencia en el consejo de banca oficial, donde la Coordinación para el Cambio ha crecido a costa de las listas más subordinadas al gobierno, ha generado un cambio en cuanto a la convocatoria de juntas de delegados y asambleas, para enfrentar el desguace privatizador. La próxima asamblea del BROU del 16 de setiembre puede ser un jalón fundamental, que debe ser seguido por una asamblea de la banca oficial -que la mayoría oficialista se negó a convocar, buscando llevar a los trabajadores del República a aceptar la propuesta del gobierno. Todo indica que Polgar tiene dificultades a la interna del propio Frente Amplio, y la opinión pública en general rechaza los cierres de dependencias que quitan servicios bancarios a la población (sobre todo en el interior). Existen condiciones para ponerle un parate al “desguace”.
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