El gobierno de Lacalle Pou pretende aprobar rápidamente la reforma jubilatoria que sigue el libreto del Fondo Monetario Internacional, y que se intenta aprobar en distintos países con la misma receta: aumento de la edad de retiro y rebaja de las jubilaciones futuras, mayor libertad para la especulación financiera de parte de las administradoras de fondos previsionales (AFAP), mantenimiento de los bajísimos aportes patronales sobre los que encima existen enormes exoneraciones.
La cámara de diputados está tratando a las apuradas esta ley justamente cuando en el mundo estalla una crisis financiera que se ha llevado puestos a varios bancos de primer nivel en EE.UU. Y Europa, y viene provocando caídas en las bolsas. Mientras la carestía de la vida se come los salarios, y la economía mundial tiende a un estancamiento e incluso una depresión, los Estados gastan cifras fabulosas en armamentos y guerra, y también en el rescate de bancos fundidos. Toda esta decadencia del régimen capitalista pretenden descargarla sobre el pueblo explotado, a través de reformas laborales y jubilatorias, rebajas del salario, reducción del gasto en salud y educación.
Esta política ataca en especial a la juventud, ya que deberá trabajar más años, y además encontrará más dificultades para acceder a un empleo genuino por la permanencia obligada de trabajadores ‘veteranos’ en sus puestos.
Las huelgas y las gigantescas movilizaciones y enfrentamientos en Francia enfrentando este despojo a la clase obrera, incluyen grandes marchas y huelgas estudiantiles, en lo que constituye una medida de defensa elemental de los explotados ante la guerra declarada por los capitalistas contra sus conquistas y sus condiciones de vida. Estamos ante un régimen social en decadencia que trae consigo carestía, desempleo, guerras, y ataque a los derechos de los trabajadores.
El gobierno que pretende aplicar este mazazo a la clase obrera está sacudido por denuncias de corrupción como el caso Astesiano; debieron renunciar varios ministros por otros tantas revelaciones; estamos ante un gobierno en declive y cada vez más impopular. ¿Cómo vamos a permitir que un gobierno acabado lance una ofensiva contra las inmensas mayorías populares?
¿Por qué el PIT-CNT no hace como en Francia? ¿Por qué mantiene una pasividad alarmante mientras atacan nuestros derechos? La política de la mayoría de los dirigentes sindicales está subordinada a la campaña electoral del Frente Amplio para retomar el gobierno en 2024. No quieren hacer olas, porque además la mayor parte de los dirigentes frenteamplistas defiende la permanencia de las AFAP y está a favor de aumentar la edad de retiro: tanto Astori como Mujica ya lo venían proclamando desde antes de 2019. La burocracia dirigente de los sindicatos mantiene una política de colaboración con la propia derecha incluso en sus expresiones más reaccionarias, como se expresó impúdicamente en el abrazo de los sindicalistas de la FUS y la FFSP al ministro Daniel Salinas, frente al que hicieron alarde de que “te la hicimos fácil”. El presidente del Frente Amplio Fernando Pereira reafirmó que el FA votará varios artículos de la reforma jubilatoria. “Yo diría que han sido más duros los miembros de Cabildo Abierto”, dijo a la prensa.
La pasividad no es culpa del “pueblo”, como muchas veces escuchamos. El 8 de marzo cientos de miles de personas se lanzaron a la calle a conmemorar el día internacional de la mujer trabajadora. Los jóvenes se lanzaron a la huelga el año pasado contra la reforma educativa (CEIPA, formación docente, liceales, Universidad) pese a que sus dirigentes no querían pelear. No hay pasividad en el pueblo, la parálisis la impone la política de los dirigentes. Quieren llenar el ojo con la instalación de una carpa y un paro parcial aislado de todo plan de lucha. Con paros aislados no se va a derrotar la reforma jubilatoria, y lo saben.
Es hora de hacer como en Francia, impulsar desde los sindicatos de base y los gremios estudiantiles un verdadero plan de lucha que prepare la huelga general de todos los explotados, para enterrar la reforma jubilatoria del gobierno derechista. Por un inmediato paro general de 48 horas, como propusieron varios sindicatos ya a fines del año pasado, como primer paso y advertencia al gobierno, y preparación de la huelga general.
Aumento del aporte patronal y eliminación de las exoneraciones a las multinacionales y grandes empresas. No al aumento de la edad de retiro. No a la rebaja de las jubilaciones. Por aguinaldo para los jubilados (hoy sólo los jubilados militares gozan de aguinaldo). Por la eliminación de las AFAP. ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
El acuerdo entre Unidad Popular, Frente de Trabajadores en Lucha y Partido de los Trabajadores,…
Cuando ya falta menos de una semana para el balotaje, las encuestadoras marcan un virtual…
El Frente Amplio quedó en primer lugar en las elecciones de Uruguay, aunque lejos de…
PERO NO PUDIMOS VENCER LA CAMPAÑA DE MENTIRAS Y DESINFORMACIÓN Las elecciones del día de…
La Dirección General de la UTU ha establecido arbitrariamente el uso de las carteleras sindicales…
La enseñanza secundaria ha sufrido importantes golpes propinados por un gobierno que ha tenido como…