Ni una Menos, El Estado es responsable.
Este 3 de junio marchamos nuevamente por #NiUnaMenos y por todas las reivindicaciones de las mujeres. La violencia y desigualdad cada vez más acentuada que vivimos las mujeres explotadas es producto de la descomposición de los regímenes políticos y la crisis capitalista. En Uruguay los feminicidios y la violencia hacia las mujeres es cada vez mayor y en lo que va del año ya se registran 18 casos de mujeres asesinadas. El gobierno no ha adoptado ninguna política en prevención de los feminicidios, y lejos de atacar las causas y condiciones de maltrato y violencia hacia las mujeres colocan el eje en la penalización y junto a los partidos patronales han votado en el parlamento una ley que aumenta las penas, actuando después que la mujer es asesinada. La responsabilidad del Estado ha quedado más que clara en el caso de Valeria Sosa asesinada por su ex pareja, un efectivo de la DOE-Departamento de Operaciones Encubiertas- dejando al descubierto el entramado policial y judicial. El caso de Valeria no es puntual, en la mayoría de ellos, las denuncias quedan a la deriva en las comisarias, mientras que en los juzgados se desechan las órdenes de restricción o estás no tienen consecuencias alguna. El poder político garantiza esta opresión a partir de sus instituciones, transformando a las víctimas en victimarias. Por eso desde el Plenario de Mujeres Trabajadoras nos movilizamos este 3J por ni una Menos, señalando la responsabilidad del Estado, por oficinas municipales de la mujer que atiendan denuncias y actúen de inmediato con atención las 24 horas, casas refugio proporcionadas por el Estado, pero gestionadas de forma independiente por las mujeres. Un subsidio equivalente a la canasta familiar hasta que la mujer logre un empleo estable que le permita la independencia económica para mantener su casa y a su familia.
La escala de violencia que sufrimos las mujeres también está relacionada con el brutal ajuste que el gobierno está descargando sobre los hombros del conjunto de la clase obrera. El aumento de la desocupación que según cifras oficiales llega al 10% – sin contar a quienes ya dejaron de buscar trabajo porque no encuentran- , afecta mayormente a las mujeres y los jóvenes. Se trata de una política que pauperiza cada vez más a los trabajadores y condena a cientos de mujeres jefa de hogar a la completa pobreza y vulnerabilidad. Como consecuencia aumenta cada vez más la prostitución, incluso infantil en los barrios más pobres.
Para hacer frente a esta situación de doble opresión que vivimos las mujeres trabajadoras es preciso organizarnos de forma independiente del gobierno, los partidos patronales y la iglesia, bajo un programa socialista. Sólo será posible nuestra emancipación, si damos una lucha común junto a los trabajadores con el objetivo de superar este régimen social de explotación.
¡Mujeres, si no nos organizamos nos matan! ¡Súmate al Plenario de Mujeres Trabajadoras!
Ni Una Menos, El Estado es responsable!
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