Si bien sabemos que el aborto ha sido despenalizado desde el 2011, hay en la actualidad dos mujeres procesadas y al menos dos mujeres fallecidas por tener que acudir al mercado negro para abortar, debido a que no tenía las 12 semana necesarias para acudir al mismo de forma legal.
Entrevistamos a una mujer en este marco, un caso más donde por trabas burocráticas e incluso, por el hecho de ser extranjera, la misma queda fuera de los márgenes legales para acudir al aborto legal, luego de solicitar el IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) en el Hospital Pereira Rossell. Es necesario re-pensar a la luz de estas situaciones, la parcialidad de esta despenalización. Donde si bien es gratuita, las mujeres que no pueden acudir en el interior de nuestro país abortar en su departamento (debido a la objeción de conciencia que, en muchos departamentos, se aplica desde el tribunal) deben asumir los costos económicos del traslado y alojamiento, hacia Montevideo. Las trabas burocráticas y económicas hacen que muchas trabajadoras que no pueden acceder a clínicas costosas, asuman riesgos de vida y económicos. Es un hecho que el aborto está despenalizado parcialmente.
Es por razones legales que la compañera entrevistada en esta ocasión lo hará bajo el anonimato.
PMT: En Uruguay el aborto ha sido despenalizado. En tu caso, no has podido recurrir mediante los términos legales al mismo. Queremos que nos cuentes que fue lo que sucedió.
E: Si, el aborto fue despenalizado pero como pasa con todas las leyes tiene vacíos, en uno de esos vacíos fue que caí cuando solicite el IVE (interrupción voluntaria del embarazo) por no ser uruguaya. Seguí todos los pasos que la ley indica, pasé por emergencia y fui derivada a policlínica donde comenzó la parte burocrática del procedimiento, en las primeras dos consultas dejaron claro que ellos estaban para asesorarme y no para cuestionar mi decisión, pero a mi parecer el trato siempre fue lejano y no iba más allá de llenar casilleros con datos en la ficha clínica, cada consulta duró 5 minutos como mucho, me dieron un instructivo de cómo usar las pastillas y que hacer en caso de emergencia, si estaba de acuerdo debía firmar el instructivo y en la tercera consulta me darían el medicamento. Cuando llegué al hospital tenía 8 semanas de embarazo, y aunque he tenido que escuchar cosas como “por qué no te cuidaste” o “por qué no lo hiciste antes”, lo único que puedo responder a esto es que el cuerpo de cada mujer es diferente y por lo tanto las señales son variadas.
Ya en la tercera consulta estaba cursando 11 semanas de embarazo, y fue cuando la Ginecóloga me dijo muy secamente “no estoy autorizada a darte el tratamiento”, al ser extranjera tenía que cumplir por lo menos con un año de residencia, asunto que a mi entender cumplía, llevo 2 años y medio viviendo en Uruguay, soy contribuyente solo que mi cedula no dice ciudadana oriental, dice residente en trámite, aunque para respaldar mi residencia llevé documentos firmado por la DNM (Dirección Nacional de Migración), la doctora hizo su interpretación de la ley diciendo que si bien yo llevaba años viviendo acá mi última entrada registrada al Uruguay fue en febrero de este año, expliqué que había salido por asuntos familiares pero que seguía siendo residente, respaldado por otro documento también expendido por la DNM, en una discusión muy breve terminó diciendo que ella en su posición no podía hacer nada más que asesorarme para continuar con el procedimiento pero que el Misopostrol lo tenía que adquirir en el mercado negro. “Entrás a internet y buscas, de seguro te aparece alguien que ya haya estado en tu misma situación o similar”, fueron sus palabras de consuelo y terminó la consulta.
PMT: Luego de lo acontecido y de tener que concurrir al mercado negro para abortar, ¿crees que el Estado Uruguayo realmente habilita la práctica abortiva?
E: Es un caso bastante particular pero creo que el Estado no se hace responsable de cómo se está aplicando la ley, los médicos siguen teniendo el poder de negar el tratamiento aferrándose a los vacíos legales, si vamos al hecho de que una doctora haya interpretado la residencia de esa forma sin antes consultar con un abogado o alguien entendido en el tema, deja en claro que se sienten con la potestad de tomar decisiones desde su posición privilegiada sin importarles que la labor del médico es mejorar la calidad de vida de las personas y no solo llenar formularios y ahorrarle unos pesos al hospital negando un tratamiento y más grave aún recomendar el mercado negro para continuar yo sola en una situación que es de alto riesgo más con la cantidad de semanas que estaba cursando hasta ese momento. A mi parecer la práctica abortiva está habilitada por el Estado, pero la forma en que se hace no está controlada, no sé si serán conscientes de lo fuerte que es para una mujer sobre todo adolescentes y jóvenes que la estas enviando a casa a abortar en su propio retrete y más aún, tomando las palabras del formulario “verificar que el aborto haya sido completo”, es decir, revisar entre los restos que el feto haya sido expulsado, suena crudo y lo es. Ya sea que consigas tú las pastillas o te las entregue el hospital, el procedimiento es el mismo.
PMT: Sabemos que tu caso no es el único (hay dos mujeres procesadas, al menos por abortar clandestinamente, y dos mujeres muertas por tener que acudir al aborto de forma ilegal), si bien tú has tenido la posibilidad y el medio para denunciar este caso, ¿Cual es la conclusión política que sacas respecto a la “despenalización” del aborto, que responsabilidad en esto tiene el Estado?
E: Creo que aún falta pulir esa ley, si bien es cierto que muchas mujeres acceden al tratamiento sin mayores problemas, el procedimiento está lejos de cumplir los objetivos por el cual te sientas frente a una partera, dos pasantes, una psicóloga, una trabajadora social y una ginecóloga, se supone que es asesoramiento y apoyo, yo no lo sentí así, todas hicieron preguntas y anotaron mis respuestas, más datos para rellenar archivos pero el trato humano que debí recibir fue casi inexistente, la única que mostró un interés por mí fue la trabajadora social del hospital a la que acudí buscando una ayuda para continuar el aborto por los medios legales, pero aun con sus buenas intenciones estaba lejos de poder ayudarme realmente – “es mi palabra contra la de la doctora”-dijo.
Se supone que el aborto se “despenalizó” para controlar o erradicar los aborto ilegales y las muertes que pudiera causar, ¿cómo se entiende esto sí yo busqué incansablemente las formas legales de aborto y la misma doctora me recomienda el mercado negro? ¿Qué pasa si hubiese tenido complicaciones post IVE?, estaría procesada por hacer un aborto fuera de los márgenes de la ley? El Estado no respetó mis derechos como contribuyente a recibir un tratamiento aún cuando me descuentan todos los meses de mi sueldo para FONASA, no respetó mis derechos de mujer a ser atendida como cualquier otra, no respetó mi decisión de abortar por los motivos que fueran, me negaron el derecho a la salud sexual y reproductiva dejándome de lado en una situación de riesgo, no tenía certeza de que las pastillas que me venderían en el mercado negro serían realmente Misopostrol y de la concentración que se recomienda, poniendo en riesgo mi vida, me negaron el derecho a la salud mental dejándome a la deriva con un tratamiento que debe ser monitoreado por el impacto psicológico que pueda tener abortar en tu casa con el mínimo de información y con la incertidumbre de no saber si lo estás haciendo bien.
Soy inmigrante es verdad, pero me siento parte de este país ahora y como tal tengo el deber de denunciar esto para que ninguna mujer tenga que pasar por lo mismo que yo y que el aborto clandestino deje de ser una opción, pero para esto el Estado debe hacerse cargo de la totalidad de la población, no solo de una parte.
Desde el Plenario de Mujeres Trabajadoras llamamos a organizar la lucha por la despenalización TOTAL del aborto, en condiciones que realmente nos garanticen una seguridad, gratuidad e igualdad de trato mas allá de la nacionalidad y condición económica.
Mujeres: Organicémonos para derrotar las limitantes de esta despenalización. Bajo el sistema económico capitalista las trabajadoras seguiremos condenadas a abortar corriendo el riesgo de morir. ¡Ni una sola muerte más por abortos clandestinos!
Por aborto gratuito para no morir, anticonceptivos para no abortar y educación sexual para poder decidir.
Por la organización independiente de las mujeres bajo un programa socialista, que derrote definitivamente a nuestro principal opresor, El estado.
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