¿Qué expresó el paro general?

La reacción del ministro de Trabajo frente al paro general del PIT-CNT fue muy reveladora. Ante la protesta sindical recurrió a agitar el cuco de la derecha. Murro se refirió a la reforma laboral del gobierno de Temer en Brasil, que implica un retroceso de varios siglos según él mismo caracterizó. Con la referencia a Brasil llamó implícitamente a los dirigentes sindicales a defender al gobierno frenteamplista.
Lo que se ha producido en el país del norte es un ataque en regla a las conquistas y derechos laborales, dado que legaliza la violación de la jornada de 8 horas, poniendo los convenios por rama e incluso los acuerdos por empresa por encima de la legislación. Las patronales pueden así imponer jornadas de hasta 12 horas sin pagar horas extras. La reforma brasileña, que por otra parte demuestra que el golpe contra Rousseff no era para combatir la corrupción sino para ir a un ataque a fondo a los trabajadores, no hace más que generalizar y llevar hasta las últimas consecuencias las tendencias del propio capitalismo. En el marco de la crisis, el capital busca una salida a través de un gigantesco retroceso social.

-Uruguay-

Los cierres de Fripur, Fanapel o La Spezia, son distintas manifestaciones de la crisis: los capitalistas cierran las fábricas (para trasladarse muchas veces a otros lugares o invertir en otros sectores) no porque se hayan fundido, sino para obtener mayores ganancias, dejando un tendal de obreros en la calle. El caso de los Fernández de Fripur es paradigmático, porque siguen estando entre las personas más ricas de nuestro país, y son proveedores de energía eólica (privatizada) para la UTE, pese a que dejaron un inmenso agujero negro en el Banco República.
El caso de Tienda Inglesa también es paradigmático. Una multinacional compró la cadena de supermercados, e inmediatamente se lanzó a una ofensiva contra el salario y las conquistas. Obviamente no se trata de una empresa “en problemas”, porque acaba de adquirir a TI. Se trata de un ataque descarnado contra los trabajadores, para aumentar las ganancias de los accionistas.
La ofensiva gubernamental contra la Clínica Médica de los trabajadores de ANCAP es otro ejemplo en el mismo sentido. El gobierno ataca esta conquista, lo cual equivale a una rebaja salarial, para achicar el déficit de la empresa estatal (lo mismo hizo con la clínica del BHU y la Agencia de la Vivienda). Es el mismo gobierno que mantiene las exoneraciones a grandes capitales y que invertirá 1.000 millones de dólares para beneficiar a UPM (del mismo modo que invirtió cientos de millones en la regasificadora para favorecer a Aratirí).
Las privatizaciones en las empresas públicas (por ejemplo, el achique en el Banco República) también apuntan a sustituir empleos estables y con mejores convenios, por otros más precarios y peor pagos (como en las redes de cobranza).

-El ajuste en el parlamento-

La ley de Rendición de Cuentas nuevamente posterga las reivindicaciones de la educación pública, así como el salario de los trabajadores estatales. Las migajas que se “aumentan” a la enseñanza están por debajo del crecimiento del PBI, y encima se financian con holgura con nuevos impuestos (tasa consular a las importaciones, etc.).
La dirección del PIT-CNT dijo que el paro general surge entre otras cosas porque el gobierno informó al movimiento sindical sobre la ley presupuestal apenas diez días antes, se negó a negociarla y la envió rápidamente al parlamento.
Dentro de la bancada oficialista (y también en la UP, que se comporta ahora como un apéndice del “ala izquierda” del FA) se abrió una negociación para intentar duplicar la partida destinada a la enseñanza (que seguiría siendo miserable) lo cual implicaría financiarla con más impuestos. De más está decir que esos impuestos se trasladarían al consumo (y en primer lugar, a los trabajadores), por lo que la versión más ‘izquierdista’ del Frente Amplio mantiene intacto el presupuesto destinado al pago de la deuda externa y al subsidio a las grandes empresas.
La oposición patronal es la principal aliada del astorismo. Gandini salió a declarar contra el reclamo de un 6% del PBI para la educación, planteando abiertamente lo que Vázquez y Astori no pueden declarar. Del mismo modo, el Cr. Conrado Hugues apareció como el principal defensor de Polgar y el achique privatizador del BROU, en el conocido programa Todas las Voces, ante el cuestionamiento sindical al cierre de sucursales.

-El paro general-

El paro de 24 horas no estaba en el libreto de la dirección oficialista del PIT-CNT. El planteo surgió de un bloque de sindicatos que escapan al control de las principales corrientes frenteamplistas, y ya venía siendo levantado en ocasión de anteriores paros parciales.
La votación unánime del paro general refleja que la burocracia no tiene ningún avance que mostrar, como lo refleja la insípida consigna del paro: “lo que se estanca, retrocede”. Por otro lado, el paro fue utilizado para borrar las huellas de los dirigentes en varias entregas recientes. La primera de ellas fue la aceptación del cierre de la clínica médica de Ancap: la cúpula pitcenetista presionó al sindicato para que dejara sin efecto las medidas de lucha, buscando que la asamblea aceptara el cierre. La asamblea de FANCAP (como la de Tienda Inglesa) desautorizó a los dirigentes que impulsaban la entrega. Sin embargo, tanto en el supermercado como en la empresa estatal, se terminó imponiendo la quita de conquistas, con la colaboración de los principales líderes del PIT-CNT.
Ambas asambleas sin embargo reflejaron el crecimiento desde abajo de una oposición al oficialismo en los sindicatos, que también se expresó en pasadas elecciones sindicales (AEBU, ADES, AUTE, Afcasmu, Sintep, SAG, entre otros). Los retrocesos de las listas frenteamplistas en estas elecciones son todo un síntoma de la descomposición que corroe a la burocracia sindical. Es imposible no relacionar este proceso con el fenómeno expresado en varias encuestas de intención de voto: las mismas reflejan la caída del Frente Amplio -no el crecimiento de la oposición patronal. Crecen el voto en blanco o anulado, y los indecisos, no la derecha.
El paro general fue masivo, pero estuvo aislado de cualquier perspectiva de continuidad, y no surge de un programa independiente de las distintas variantes ajustadoras. En gran medida, aparece subordinado a la negociación en el parlamento, en torno a la rendición de cuentas para el año que viene, en lugar de levantar un inmediato aumento del salario mínimo a $ 36.000 (media canasta familiar) o prohibir los despidos y terminar con las privatizaciones.
La masividad del paro es otro síntoma del creciente malestar con el gobierno, que se expresa más por izquierda que por derecha. Es necesario dar expresión política independiente a este descontento, rompiendo con toda la política que coloca al movimiento obrero de furgón de cola de distintas variantes burguesas y ajustadoras. La amenaza de un triunfo derechista está al servicio de reprimir las tendencias a la independencia de clase, que se deben concretar en la construcción de un partido propio de la clase obrera, que coloque las reivindicaciones inmediatas en la perspectiva de la lucha por un gobierno de trabajadores. Esta es la única estrategia realista, que abre una salida ante la tendencia del capital a liquidar las conquistas, aumentar el desempleo y rebajar el salario.

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Author: Rafael Fernández