La pulverización del MPP

Mujica ganó enancado en una parte del electorado frenteamplista, y de su militancia de base, que aspiraba a dar “un giro a la izquierda” respecto al primer gobierno del FA. El crecimiento electoral de la lista 609, sobre todo en los barrios populares, era reflejo de esta ilusión.

Por esta razón, hay que prestar una gran atención al proceso de descomposición del MPP, que ya se había manifestado en las elecciones internas del FA, y que ahora ha adquirido un ritmo vertiginoso.

Del emepepismo ya se había apartado Saravia (en el período anterior se había abierto Huidobro), y luego se produjo el bochornoso espectáculo de Víctor Semproni “vetando” (en representación de Mujica-Astori-Vázquez) la ley “interpretativa”. Con posterioridad se ha retirado el dirigente Julio Marenales, que se mudó a Salto y abandonó la política activa. Luego se produjeron las denuncias de Alvaro Vega respecto a los gigantescos viáticos que se embolzan los diputados y dirigentes del sector, y la desobediencia del diputado Esteban Pérez (que se negó a votar el mantenimiento de la misión militar en Haití). Ambos diputados terminaron renunciando al MPP, el que según Pérez es una “cueva de lobos”. Según el ex diputado, los antiguos cuadros políticos se han convertido en vulgares carreristas: “El MPP tiene mucha gente rentada, y con muy buenas rentas (de unos 30.000 Pesos) y ha colocado muchos compañeros en distintos cargos, y eso se transforma en algo muy tentador. Bajo un discurso de defensa de los más pobres y humildes, se busca un hueco en el cual colocarse. Se buscan oportunidades políticas y económicas, y eso ha generado disputas de poder interno. Eso se observa cerca de las elecciones, como un juego de ajedrez por hacerse con cuotas de poder”.

La caída del MPP es irreversible. Es un síntoma de la caída de las expectativas en cualquier “giro a la izquierda” o la más elemental transformación social. Si el voto al FA se mantuviera, sería como “mal menor”, no expresando una ilusión de izquierda. La existencia de un 10% de electores que se mantiene contrario a votar por el FA y los partidos tradicionales, muestra que estamos ante una tendencia masiva (son más de 200.000 personas). Por otra parte, la caída del MPP refuerza la percepción cada vez más extendida de que tras el gobierno de Mujica y con el retorno de Vázquez, sólo cabe esperar un giro a la derecha. El supuesto “contrapeso” a Tabaré ha sufrido una pulverización completa.

La única alternativa es la ruptura con el Frente Amplio, y poner en pie una alternativa socialista, para que la crisis no la paguen los trabajadores sino los capitalistas. Algo que sólo se puede asegurar si se lucha por un gobierno de trabajadores, no más gobiernos capitalistas, ni gobiernos burgueses de colaboración de clases.

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Author: Partido de los Trabajadores