Espionaje: El coronel aún tiene quien le escriba

El semanario Brecha ha publicado en su web parte de los documentos incautados en 2007 en la Escuela de Inteligencia del Ejército, más conocidos como “Archivos Berrutti” por ser bajo el período en el que Asucena Berrutti se encontraba al frente del Ministerio de Defensa cuando se llevó a cabo el allanamiento de esa dependencia militar.

El archivo contiene información, como publicara Brecha a comienzos de este año, de infiltración, interferencia de bornes telefónicos sin autorización judicial, seguimientos y vigilancias de militantes de partidos de izquierda, introducción de informantes en embajadas, sindicatos y estructuras partidarias, reclutamiento de espías en dependencias y empresas públicas.

Los documentos liberados por Brecha el viernes 28/07 comprende 23 archivos en formato PDF que van desde el año 1987 hasta 1999 y se componen de más de doce mil cuatrocientas páginas. Como si estos números no fueran de por sí abrumadores hay que agregar el resto del propio archivo Berrutti (la parte a la que accedió Brecha es ínfima) y las 60 cajas incautadas en 2016 en el domicilio del Coronel Elmar Castiglioni, totalizaría unos 3 millones de archivos.

Como el propio Brecha denuncia en un especial publicado sobre el tema, los microfilms fueron “depurados”, evidencian recortes y huecos, es decir, faltantes con respecto a los oficiales actuantes o superiores que ordenaran los operativos.

-Marca personal-

Diversos medios ya han abordado el espionaje del que fueron objeto partidos del FA, sindicatos, el Partido Nacional y hasta personalidades como Tabaré Vázquez y Jorge Batlle. Sobre todo, luego de la identificación del informante que participó décadas en la dirección de la FOEB (sindicato de la bebida) y el Partido Socialista, llegando a ocupar altos cargos y del que se conoce hasta su domicilio actual. La información que se desprende de los archivos sobre la cercanía del espía “Leandro” (Luis Becerra) con la dirección de la FOEB y con Richard Read en particular es extensa, y el papel de suplencia que cumplía en la Mesa Representativa del PIT-CNT cuando Read se ausentaba permitió la rápida identificación del mismo.

El Partido de los Trabajadores no ha escapado al interés de estos grupos de tareas. Especialmente se desprenden seguimientos e identificación de nuestros militantes en los sindicatos del Sunca desde comienzos de los 90’s, CUTCSA a fines de los 80’s al igual que la juventud de nuestro partido en liceos, AUTE y un especial registro de las actividades realizadas durante 1991 en ocasión de la visita a nuestro país de Esteban Volkov (nieto de Trotsky).
Las pesquisas de los espías incluyen la entrega a los “manipuladores” (agentes de inteligencia) de nuestros periódicos y volantes, además de consignar los cursos de formación política realizados en nuestros locales y el fichaje de militantes en los sindicatos. Los materiales eran “adjuntados”: figuran listas para elecciones sindicales en donde se registra uno a uno a los candidatos (frente 1º de mayo de AUTE, Lucha Obrera del SUNCA). Lo minucioso de los informes llegan hasta al punto de registrar en las “ternas” en una elección del sindicato de UTE si los candidatos son “militantes”, “cuadros” o “simpatizantes” del PT.

-De espiados a espías-

Bajo el gobierno del FA esta metodología de conspiración y vigilancia se ha mantenido intacto. Al propio archivo Castiglioni se le ha puesto un riguroso cerrojo y el resto del archivo Berrutti se encuentra bajo acceso restringido. El gobierno ha profundizado este sistema de infiltración y delación de organizaciones populares por medio de la creación del Sistema Nacional de Inteligencia (proyecto de ley) que le permitirá “a agentes encubiertos ocultar su identidad oficial e incluso utilizar documentos con nombres falsos. También se autorizará la utilización de informantes” (el Observador 29/07).
Es el perfeccionamiento del aparato represivo adelantándose a la inquietud popular que generan las medidas de ajuste. Se persigue dotar de un andamiaje legal los programas de “inteligencia interior”. El camino del FA es seguir engordando los archivos Castiglioni, mientras su pata izquierda simula investigar en el parlamento y luchar contra la impunidad.
Para el desmantelamiento de toda esta red de complicidades y enjuagues, es necesario la apertura total de los archivos, el acceso público a los mismos y la movilización popular contra la impunidad de ayer y de hoy.

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Author: Camilo Marquez