El movimiento estudiantil universitario frente al ajuste

Desfinancian la Universidad

El gobierno del Frente Amplio lleva una década negando el 6% del PBI para la educación pública y desfinanciando presupuestalmente la Universidad. El año pasado se aprobó solo el 36% de lo solicitado por la UdelaR y en el Presupuesto Quinquenal anterior (2011-2015), la Universidad recibió el 43% del monto solicitado, acompañado de determinaciones sobre las áreas en las que se debía gastar ese dinero, en una clara violación de la autonomía universitaria. Sobre esta base se han perpetuado los problemas infraestructurales, los bajos salarios de docentes y funcionarios, el limitacionismo de la falta de horarios y los cupos. A esto hay que sumar los problema endémicos del Hospital de Clínicas, que en el período 2010-2015 recibió solo el 16% de lo que había solicitado.

El mes pasado, el Frente Amplio avanzó en la política de desfinanciar la educación y la salud de los trabajadores todos sus diputados votaron una Rendición de Cuentas que consagra recortes al presupuesto que aprobaron el año pasado.

Privatización

La otra cara del ajuste es el avance en la privatización. La ANEP pretende avanzar en la construcción de 165 nuevos centros de enseñanza a través de la Participación Pública Privada y de la Corporación Nacional para el desarrollo. Con este mecanismo las empresas se garantizan la tercerización, durante 20 años, de las tareas de mantenimiento, seguridad y limpieza de cada uno de los centros construidos. Con la misma orientación el gobierno se propone avanzar en la privatización del Hospital de Clínicas, con la complicidad directa de la camarilla docente que dirige la UdelaR, que acaba de aprobar en el CDC iniciar los procedimientos de reformas del Hospital universitario a través de las PPPs.

Los sectores del FA que se oponen a quitar las exoneraciones patronales por donaciones a la educación privada son los mismos que desde el inicio defienden los recortes contra la educación pública. Es la defensa de una política concreta: profundizar la privatización de la educación y su transformación en un negociado capitalista.

Pero la extensión y fortalecimiento de la educación privada ha sido la regla durante la última década, amparados en las exoneraciones fiscales de todo tipo que les garantizaron los gobiernos del FA; en esto todos los sectores de la coalición han sido cómplices. Una vez en el Senado, pactan una nueva redacción que en lugar de eliminar las exoneraciones, las reduce al 40%. Los sectores que se reivindican el ala izquierda del FA se vuelven a subordinar a la orientación del Astorismo, en defensa de los negocios capitalistas (y hasta clericales) en la educación universitaria.

Adaptación

Desde el movimiento estudiantil se viene colocando el eje en evitar el recorte al presupuesto aprobado el año pasado. Los montos aprobados en la rendición de cuentas del 2015 son absolutamente insuficientes para las necesidades de la educación pública: ¡ese fue el presupuesto contra el que se desarrolló la huelga docente y la lucha estudiantil! La defensa de los mismos montos en un cuadro de inflación de dos dígitos es complicidad con el ajuste.

La reivindicación del 6% para ANEP-UdelaR, como eje en torno al cual estructurar la lucha, ha sido encajonada por las direcciones estudiantiles (así como de muchos sindicatos). El gobierno está marcando la agenda y todas las corrientes políticas se están adaptando. A esto se le suma la orientación (que comparten tanto el oficialismo como el Frente Susana Pintos) de que la lucha es de cara a la rendición de cuentas del 2017, dejando pasar los recortes de este año.

El Partido Comunista, que dirige el bloque oficialista en la FEUU, “valora positivamente” la rendición de cuentas que votaron en diputados, considerando que es el resultado de un “proceso de discusión y de síntesis política. Esta es la orientación de todo el oficialismo en la Federación, que viene haciendo todo lo posible para desmovilizar al movimiento estudiantil, mientras los Abdala y los Pereira hacen lo propio en los sindicatos, dándole margen a su gobierno para aprobar el ajuste sin chocar con la movilización popular.

Las autoridades universitarias, tanto las alineadas con Markarian como las alineadas con Arocena-Rico no han impulsado ninguna medida para posicionar a la Universidad en lucha contra el ataque del gobierno: los unifica la adaptación al ajuste y la defensa de la mercantilización. El movimiento estudiantil universitario debe actuar con independencia política de estas camarillas docentes.

Lucha y programa

No podemos caer en el juego de negociar el ajuste, este es un callejón sin salida para los estudiantes y trabajadores. No se trata de unos miles de pesos más o menos, se trata de discutir a fondo el presupuesto que necesita la educación pública y los métodos de lucha para conquistarlo. La Agrupación de Estudiantes 1º de Mayo levanta un programa que incluye el financiamiento del 6% del PBI para ANEP-UDELAR en base al no pago de la deuda externa y los impuestos progresivos al gran capital.

Las masivas movilizaciones del 9 y del 14 de agosto, que sacaron a la calle alrededor de 20 mil estudiantes, son una expresión del potencial del movimiento estudiantil para enfrentar el ajuste. Esto quedó de manifiesto con fuerza el año pasado en el marco de la huelga docente. Podemos derrotar el ajuste contra la educación y la salud públicas, pero necesitamos un plan de lucha y una FEUU combativa e independiente que lo lleve a fondo.

En este sentido, la Agrupación 1º de mayo pretende ser un canal de organización y reagrupamiento para lucha por nuevas direcciones para el movimiento estudiantil universitario, por centros de estudiantes basados en la democracia estudiantil y en la lucha por la conquista de todas nuestras reivindicaciones.

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Author: Martín Girona