Congreso de FENAPES: una victoria esencial

Este año será recordado como un mojón en los gobiernos del FA, que, para bloquear y derrotar a los trabajadores de la educación recurrió a un intento de prohibición del derecho a huelga: la esencialidad. Lejos de cumplir con estos objetivos, la medida generó un profundo rechazo y aceleró un proceso de alejamiento de las posiciones del FA, que además ofrece un aumento miserable y en un convenio bianual. Esto se refleja en el XV Congreso de FENAPES en el que los sectores clasistas, asociados a planteos de lucha frente al ajuste presupuestal y con una defensa irrestricta a la independencia sindical, han logrado importantísimos avances. En primer lugar, la burocracia no pudo continuar defendiendo su concepto de “gobierno en disputa” y por una aplastante mayoría, los docentes de Secundaria decimos que es un enemigo de los trabajadores, en una votación histórica.

Por otro lado, Marcel Slamovitsz encabezó la terna más votada para el Comité Ejecutivo, lo cual refleja un reconocimiento a su lucha incansable y directa, combatiendo los planteos de la burocracia, sino un castigo a la misma y su papel articulador con el gobierno. Otro reflejo de esto es que una de las figuras más identificables en las negociaciones con el gobierno, José Olivera, resultara reelecto por un escaso margen (apenas dos votos). Por otro lado, Luis Martínez y nuestro compañero Javier Iglesias, integran una de las pocas ternas reelectas, en un claro apoyo a su desempeño, donde en absoluta minoría, dieron la pelea por la democratización del sindicato, por posicionarlo en los conflictos con una caracterización correcta del gobierno y por defender los métodos de lucha de los trabajadores. Asimismo, resultó electo Julio Moreira de la agrupación Ferrer i Guardia, que constituye junto a la 1° de Mayo el sector clasista de la dirección de Ades Montevideo. Asimismo, otras ternas responden a filiales que han trasladado planteos muy críticos hacia el gobierno, rechazando el convenio salarial e impulsando la huelga.

En otro orden, se lograron importantes victorias en torno a la defensa de los derechos adquiridos: rechazo al pasaje de grado por concurso y la elección por más de un año en este contexto, aplazar cualquier resolución en torno a la reforma del Estatuto del Funcionario Docente. Se logró además, aplazar el debate en torno a la reforma del Estatuto de FENAPES, promovida por un sector de la burocracia.

Tras el Congreso, las corrientes oficialistas lograron, en una votación muy reñida y por mínima mayoría, la firma del convenio. La asamblea de ADES Montevideo había ratificado en forma aplastante el rechazo a lo que no es un convenio sino una imposición del gobierno. Los cambios introducidos al convenio eran mínimos y ese maquillaje se trató de una maniobra de una burocracia y de un oficialismo que ven cómo poco a poco pierden posiciones frente al indiscutible avance del clasismo a nivel nacional y deben cumplir con el compromiso de “pacificar” a los docentes antes de fin de año. La victoria burocrática en la AGD fue pírrica, y tiene pies de barro.

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Author: Natalia Leiva