¿A dónde va el PCU?

El Partido Comunista está próximo a realizar un nuevo Congreso. En los documentos de su dirección está colocado el objetivo estratégico de “asegurar un tercer gobierno del Frente Amplio”. Es evidente que el PCU está inmerso en un debate entre quienes quieren profundizar la integración al Estado capitalista, y quienes aún mantienen la tesis del ‘gobierno en disputa’ pese a que cada vez encuentra menos probabilidades de éxito en dicha ‘disputa’. Ambos planteamientos confluyen en mantenerse dentro del gobierno y del Frente Amplio.

Como hemos señalado en otras ocasiones, el PCU actual surge a partir de la resistencia de todo un sector de cuadros y militantes al planteo de disolución realizado por Jaime Pérez –luego del fracaso de la ‘perestroika’ y de la disolución de la URSS. El mérito de aquella resistencia fue negarse a abandonar el objetivo comunista, sin embargo nunca hubo una conclusión sobre las razones de la debacle del régimen burocrático ni sobre la propia crisis del PCU.

pedro

Veinte años después de aquella crisis el PCU recuperó peso en los sindicatos, sin llegar al que tenía antes de los 90. En nombre de la ‘profundización democrática’ y el objetivo de la ‘Democracia Avanzada’, este ‘nuevo’ PCU se mantuvo en el FA e integró sus dos gobiernos. Tras manifestarse insatisfecho con lo realizado bajo Tabaré Vázquez, la dirección del PCU impulsó un acuerdo con el MPP para llevar a Mujica a la presidencia, bajo la ilusión de un ‘giro a la izquierda’. A comienzos del actual gobierno, Lorier tenía un discurso sumamente crítico sobre el rumbo económico, y la mayoría de los militantes sindicales del PCU votaron en la Mesa Representativa del PIT-CNT un paro general de 24 horas (el 7 de octubre de 2010) buscando ‘presionar’ para imponer un cambio en el rumbo. Sin embargo, al final de ese año se produjo un momento de viraje: Mujica amenazó con expulsar al PCU del gobierno, y Ana Olivera estableció el decretazo de ‘servicios esenciales’ contra la lucha huelguística de los municipales. Cuando las papas quemaban, la dirección del PCU mostró todos sus límites: no era capaz de mantenerse firme en la defensa de una huelga si esto implicaba salir del gobierno y poner en juego la unidad del Frente Amplio. De la mano de Ana Olivera (y luego de Susana Muñiz) profundizó esta orientación de integración al Estado capitalista.

Recientemente, Ana Olivera salió a criticar al anterior gobierno municipal (Ehrlich) y Marina Arismendi hizo declaraciones a favor de Tabaré Vázquez. ¿Cuál es el sentido de estas declaraciones de Olivera, realizadas nada menos que en el órgano del Partido Socialista, contra el MPP que la puso en la Intendencia? No cabe ninguna duda que apuntan contra la posibilidad de un nuevo bloque MPP-PCU que pugne por disputar la vicepresidencia del FA, es decir, a bombardear la tesis de generar un ‘contrapeso’ al candidato avalado por Washington. La tesis del ‘contrapeso’ puede servir por el contrario a los que como Lorier siguen alentando la ilusión de un ‘giro a la izquierda’, y de esa manera evitar una fuga de votos por izquierda. Sin embargo, este planteamiento es evidentemente inviable. El que inventó la tesis del gobierno en disputa, el economista Antonio Elías, hace ya un tiempo declaró que esa tesis ya no era viable –lo cual curiosamente no lo llevó a romper con el Frente Amplio.

Aunque Castillo hizo declaraciones conciliadoras con los militantes opuestos al retorno de Vázquez, no cabe duda alguna que impulsará la candidatura del ex presidente en el congreso de su partido.

lorier

La pregunta es a dónde va el PCU de la mano de la política de los Castillo-Olivera, y la respuesta es clara si se observa la experiencia del Partido de la Refundación Comunista italiano, un partido que surgió de un modo similar –en oposición a la disolución del PCI en los 90. Tras todo un período de acción independiente en el cual se venía desarrollando, el PRC integró una alianza con el centroizquierda, particpando del gobierno de Prodi. Su dirigente Fausto Bertinotti llegó a ocupar la presidencia de la Cámara de Diputados como parte del gobierno de centroizquierda. El resultado de esta política de integración a un gobierno de la burguesía condujo a la licuación del PRC. La violación del derecho de huelga por los ministros o Intendenta ‘comunista’ son un preanuncio de a dónde va el PCU: o a la liquidación como partido, o a la completa integración al ala derecha del FA.

Lorier, por su parte, no plantea ninguna alternativa real, esto porque la única alternativa realista sería romper con el gobierno y el Frente Amplio, y pasar a la oposición política, impulsando una alternativa anti-capitalista. Por el contrario, Lorier levanta su mano para votar el presupuesto al servicio del pago de la deuda externa y de los subsidios al gran capital, a expensas de las más elementales reivindicaciones populares (como el salario y el 6% para la enseñanza).

La experiencia del Frente de Izquierda en la Argentina muestra un camino alternativo, el único realista, que es poner en pie una alternativa política de los trabajadores, frente al gobierno de la burguesía ‘nacional’ (que es apoyado calurosamente por los restos del PC argentino). La izquierda partidaria de la alianza con la burguesía ‘progre’ está en liquidación en la vecina orilla, y se viene desarrollando en términos masivos la izquierda anti-capitalista, que levanta un programa de lucha por un gobierno de trabajadores

Los militantes que permanecen en el PCU, que critican la política del gobierno y repudian la candidatura de Tabaré Vázquez, que luchan en sus sindicatos mientras ‘sus representantes’ en el gobierno imponen decretazos contra las huelgas, deben plantearse otra perspectiva política. Es hora de impulsar la ruptura con el Frente Amplio y la convocatoria a construir un Frente de Izquierda y de Trabajadores, sobre la base de un balance político respecto a los gobiernos ‘progresistas’ de carácter capitalista, y sometidos al Fondo Monetario.

R.F.

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Author: Partido de los Trabajadores